Pérdida de calidad
Lamento mucho la pérdida de calidad que está sufriendo EL PAÍS desde que han decidido utilizar sus páginas como campo de batalla en su particular guerra contra el Gobierno. Independientemente del fondo del asunto -donde seguramente no les falte razón-, estoy convencido de que hay otros medios de defensa. Pero incluso si no los hubiera, creo que el precio que están pagando por derrotar al enemigo es demasiado alto. Desde luego, si yo deseara algún mal al Grupo PRISA, no podría estar más contento de los resultados de mis mezquindades. Sin embargo, no es así, y sólo puedo lamentarme de ser una más de las víctimas inocentes y anónimas que los poderes de todo tipo han provocado desde siempre con absoluta desconsideración, cuando no abierto desprecio.-
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