La mitad de los funcionarios de la cárcel de Martutene quieren irse

La mitad de los 80 compañeros de Juan José Baeza, el funcionario de la prisión donostiarra de Martutene que el miércoles salvó la vida de milagro tras sufrir un atentado de ETA, quieren el traslado, según fuentes sindicales. Sin embargo, de momento sólo se han presentado 18 peticiones formales. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, reconoció ayer que la estrategia de intimidación de los terroristas está dando resultado en ésta y otras cárceles.

Baeza, que se recupera de un balazo en el cuello, ha pedido ya que se gestione su traslado. "Si no hay una desbandada", afirma una fuente sindical, "es porque Instituciones Penitenciarias tiene que garantizar la continuidad de la actividad".Un funcionario de Martutene ha enviado a EL PAÍS una carta en la que relata la difícil situación del colectivo. "No podemos traer a las familias a esta tierra por razones obvias de seguridad", dice. La mayoría trabaja ocho días seguidos, con jornadas laborales agotadoras, para poder librar otros ocho y reunirse con los suyos, a cientos de kilómetros de distancia. Casi todos viven en la cárcel, en habitaciones con literas, "en una residencia" con "condiciones deplorables", por la que les descuentan una parte de su sueldo. "Nuestra cabeza es como una olla a presión a punto de estallar", se lamenta.

La esposa de Baeza reconoce que hasta el intento de asesinato sufrido el miércoles por su marido no querían dejar el País Vasco, pero que ahora no podrán seguir. "Somos gente normal, que no se nos puede someter a esta tortura".