La Comisión Europea propugna reducir el tiempo de trabajo, con condiciones
La Comisión Europea, que preside el democristiano luxemburgués Jacques Santer, se ha apuntado al bloque de los defensores de la reducción del tiempo de trabajo como factor creador de empleo, pero con mucha prudencia y condiciones. Así lo indica el Libro Verde Concertación para una nueva organización del trabajo, que el comisario de Asuntos Laborales, el irlandés Pádraig Flynn, entregó ayer en Luxemburgo al Consejo de Ministros de Trabajo de la Unión Europea (UE). El libro es una primera toma de posición y de análisis. Ofrece material de trabajo para la discusión y plantea preguntas.
El Libro Verde es la plataforma de preparación de nuevas normativas comunitarias o de decisiones políticas, aunque a veces sirve para aparcar y eternizar los asuntos polémicos.Con estas salvedades, la posición del texto -aprobado la víspera por el colegio de comisarios de la Unión Europea- es importante, porque plasma las posiciones del Ejecutivo comunitario, tras la recomendación lanzada el ano pasado por el Parlamento europeo a raíz del informe del socialista francés Michel Rocard.
La tesis de Flynn, formulada como constatación y no todavía como propuesta formal, es que la reducción de jornada crea empleo: "Las empresas pueden emplear un mayor número de trabajadores a cambio de una reducción del tiempo de trabajo".
Varias condiciones
Es así porque en los últimos años "se ha constatado" que con la disociación del tiempo de trabajo, de la duración del funcionamiento de las instalaciones productivas y de los horarios comerciales, bastantes empresas han logrado "optimizar la utilización de sus equipamientos más costosos o responder más eficazmente a los deseos de los clientes al mismo tiempo que reducían la jornada de trabajo, frecuentemente sin generar costes suplementarios".
Pero para crear empleo se exigen varias condiciones, según el texto: que se haga dentro de una nueva organización global del trabajo, de forma planificada, mediante políticas activas de formación, reduciendo los obstáculos impositivos a la contratación y mediante fórmulas de concertación social a largo plazo.
- El Libro Verde parece decantarse por reducciones de jornada simultáneas a reducciones salariales, aunque éstas sean de inferior alcance. Apela a que muchas experiencias en Alemania, Bélgica y Países Bajos, planteadas a largo plazo, han permitido "aumentar la productividad para reducir el tiempo de trabajo sobre varios años, reduciendo también los aumentos de salarios necesarios para compensar la reducción del tiempo de trabajo".
El planteamiento es, pues, menos ambicioso de entrada que el propugnado por el informe Rocard. Éste proponía lograr el mismo objetivo, pero sin reducir salarios, y compensar a las empresas con la parte de los fondos dedicados al mantenimiento del seguro de desempleo que fueran innecesarios por la creación de nuevos empleos y la recolocación de antiguos parados.
Por otra parte, el comisario Flynn advirtió al ministro español de Trabajo, Javier Arenas, que abrirá en junio procedimiento contra España si para entonces no ha incorporado al derecho interno media docena de directivas europeas sobre seguridad e higiene en el trabajo. Y presionó, asegurando que en caso necesario impondrá fuertes multas.
Arenas le informó de que próximamente le visitará en Bruselas, acompañado de representantes de los productores de aceituna y de los sindicatos del sector, para explicarle el impacto social que tendría la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del aceite de oliva en preparación, que según el ministro afectaría en España a 50 millones de jornales.
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