Gina Lollobrigida: "No he podido dar al cine todo lo que llevo dentro"
A punto de cumplir 70 años, Gina Lollobrigida dejó ayer en Madrid su estela de inteligencia y vitalidad. Invitada por el 1 Festival de Cine para entregar los premios por la noche -ganó la película rusa Prisionero de las montañas-, la actriz habló por la mañana de sí misma, del cine y de la vida. "Lo mejor de mí está aún dentro de mí. Visto el cine que se hace ahora, es difícil pensar que podré darlo. La falta de imaginación es tremenda. Pero yo acepto las derrotas como vienen... Y tal vez ocurra el milagro".
El premio principal del I Festival Internacional de Cine de Madrid fue para Prisionero de las montañas, del ruso Serguéi Bodrov. El británico Nicolas Roeg (Dos muertes) y el azerbayano Husseyn Mekhtiev (Osge Vacht) recibieron, ex aequo, el galardón al mejor director. La actriz argentina Esther Goris (Eva Perón) fue proclamada mejor intérprete femenina, y el británico Michael Gambon (Dos muertes), mejor actor. Pero todo quedó parcialmente eclipsado por la presencia de la actriz italiana Gina Lollobrigida, que demostró que el tiempo le ha robado una parte de su impresionante belleza y exuberancia y le ha prestado serenidad y sentido del humor.Cuando apareció en el salón del Palacio de Congresos con un traje azul cobalto, el rostro muy maquillado, la melena castaña cardada, zapatos de tacón negros y tupidas medias marrones, resultó evidente que allí entraba una gran estrella. El porte, la naturalidad, la mirada irónica y la atractiva sonrisa esconden los vestigios de una vida intensa y de 45 años de carrera que, según recordó, empezó por error: "Yo no quería ser actriz, pero dos directores diferentes me vieron salir del colegio y ya no hubo escapatoria".
"Poco a poco, aprendí a amar el cine y descubrí lo ingrato que es el oficio de actor", prosiguió la intérprete de Pan, amor y fantasía.- "El pobre actor no puede salvar una película: si la historia no vale o la producción no da el nivel, es difícil destacar. El que lo hace es que tiene temperamento".
Hoy, Lollobrigida sigue en activo, acaba de hacer XXL en Francia, con Gérard Depardieu. Un título más que sumar a una cincuentena larga de filmes, rodados junto a directores como De Sica, René Clair, John Huston o King Vidor; escritores como Truman Capote y estrellas de la talla de Humphrey Bogart, Frank Sinatra o Marcello Mastroianni.
Lollobrigida afirmó que "el cine es universal y debe vivir en todas partes", y añadió que "ese absurdo cine americano de efectos especiales y monstruos está arrasando la inteligencia, las películas que tienen cosas importantes que decir"
¿Y qué hay de las actrices de hoy? ¿Son desechables, como dijo María Félix? "Aunque fuera verdad, decirlo es de mal gusto. Quizá sufren, como yo misma, un mal general: la falta de imaginación, la escasez de papeles buenos. Yo no he dado todavía al cine lo mejor de mí misma, pero acepto la vida como viene, con entusiasmo y valor. Espero el milagro, la felicidad de ese papel soñado, haciendo fotos, pintando, leyendo. Ésa es mi mayor riqueza, que me intereso por todo".
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