Dos nuevos atentados con sello del integrismo islámico causan 26 víctimas civiles en Argelia

Al menos 26 personas han muerto en Argelia en las últimas horas como consecuencia de la guerra civil que mantiene la guerrilla integrista con el Gobierno. La mayor matanza se produjo en la aldea de Menaa, en la región de Bufarik, a unos 35 kilómetros al sur de Argel, donde un comando asesinó en la noche del viernes a 22 campesinos. Poco antes, cuatro personas fallecieron a causa de las heridas en una explosión de una bomba en Huache Gros, cerca también de Bufarik. Más de 130 muertos es el saldo que se ha cobrado la violencia integrista esta última semana.

Esta información fue facilitada ayer por los servicios de seguridad en un lacónico comunicado, que imputaba una vez más la matanza a los "grupos terroristas", una expresión utilizada normalmente por el régimen para referirse a los guerrilleros islámicos.Pocas horas antes de que se cometiera este asesinato, morían en la misma región otros cuatro civiles, que viajaban en un coche, y que encontraron la muerte por una bomba que explotó cuando pasaban con su vehículo ante un cuartel de las milicias populares del pueblo de Huache Gros. Con estas muertes se eleva ya a 136 el número de campesinos asesinados en Argelia en la última semana.

A estas muertes hay que añadirles, sin embargo, las de los civiles y miembros de las fuerzas de seguridad fallecidos en el transcurso de una gran "operación de limpieza" que el Gobierno está efectuando por todo el país, en un intento de pacificarlo antes de las elecciones legislativas del próximo 5 de junio.

[Por otra parte, la agencia France Presse, en un despacho desde Bruselas, recogió ayer la noticia del diario popular belga La Derniére Heure, según la cual unos 8.500 fusiles de asalto, oficialmente dirigidos a Yemen pero destinados en realidad para equipar a los terroristas del Grupo Islámico Armado (GIA) argelino, han sido confiscados en Bélgica.

El rotativo francófono informó de que una investigación realizada a iniciativa del juez instructor Jacques Pignolet descubrió la operación a finales del año pasado. Las armas habían sido importadas del Reino Unido e iban a ser enviadas oficialmente a Yemen. Según el diario, un traficante de Lieja fue detenido durante tres meses por estar implicado en el caso].