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Antirrobo para halcones

Un grupo de ornitólogos analiza la sangre de las rapaces para detectar si son robadas

Los ladrones de nidos de halcón cada vez lo tienen más difícil para no ser descubiertos. La Sociedad Española de Ornitología (SEO) desarrolla el primer Proyecto de Censo y Seguimiento del Halcón Peregrino en Madrid, por el que cada ejemplar está identificado con su huella genética. Este proyecto, financiado con cuatro millones de pesetas por la Consejería de Medio Ambiente, permite determinar si el halcón ha sido adquirido legalmente o robado de un nido.En la Comunidad hay unas 40 parejas de esta rapaz, calificado como especie protegida y que alcanza los 400 kilómetros por hora en los vuelos en picado.

Los ornitólogos de la SEO comparan la huella genética de los halcones con la huella digital de las personas: "Cada ejemplar tiene una cadena de ADN propia en la sangre. Es como el carné de identidad o la huella digital de las personas, no hay dos iguales", explicó el viernes Juan Carlos del Moral, biólogo de la SEO. A los halcones se les saca sangre para las pruebas con una jeringuilla que se introduce en una vena del ala.

La identificación por la huella genética sirvió el año pasado para localizar pollos robados. En un acantilado de la zona este de la Comunidad había un nido con tres polluelos. Los ladrones se descolgaron con cuerdas de escalada y se llevaron dos de ellos. No se supo más del tema hasta que la Guardia Civil localizó cinco crías en una finca de Guadalajara. El juzgado provincial ordenó obtener la huella genética de los cinco polluelos de esa rapaz. Los resultados demostraron que dos pollos procedían del nido expoliado en Madrid.

El propietario de la finca, que también lo es de una granja de cría en cautividad de halcones en Paracuellos del Jarama, fue acusado de delito ecológico y próximamente irá a juicio. "Según la nueva Ley de Delitos Ecológicos, a los culpables del expolio de nidos de halcón les pueden caer hasta dos años de cárcel y una multa de cinco millones de pesetas", dice Del Moral.

Los ornitólogos denuncian que existe un auténtico mercado negro de halcones peregrinos. Estas joyas de la naturaleza se venden para la cetrería y llegan a costar más de medio millón de pesetas. "Las hembras son más caras porque son más corpulentas que los machos", explica Del Moral.

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