El Gobierno ve en las críticas de González a los jueces preocupación por "su situación personal"
El Gobierno, por boca de cuatro ministros, respondió ayer a las duras críticas contra algunos jueces vertidas el lunes por el secretario general del PSOE, Felipe González, con un mismo argumento: el líder socialista está "preocupado por su situación personal". En igual teoría abundaron representantes del PP, Izquierda Unida, Eusko Alkartasuna y PNV, que vincularon la reacción del ex presidente a la decisión del Tribunal Supremo de desclasificar los papeles del Cesid. El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álbarez Cascos, recomendó a González "sostiengo" tras dejar claro su "estado de ánimo".
Álvarez Cascos, que coincidió en el Senado con el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, recomendó también a Felipe González que "espacie sus comparecencias públicas y no albergó duda alguna de que sus amigos así se lo aconsejarán, dado "su estado de ánimo". Y le reiteró el "consejo" de que "se sosiegue". Rato fue más lacónico pero igualmente explícito: "El señor González traslada sus frustraciones personales al debate político. Está en la línea de quien no puede aportar nada político y no tiene alternativas".La respuesta del Gobierno a la denuncia de González de las supuestas presiones que habría sufrido la Sala Tercera del Supremo para que no desclasificara los papeles del Cesid la completaron el ministro de Defensa, Eduardo Serra, y la titular de Justicia, Margarita Mariscal de Gante. Serra replicó a González que las únicas presiones las ejerció el PSOE para que el Gobierno no acatara la decisión de levantar el secreto de los documentos relacionados con la guerra sucia contra ETA, y manifestó su extrañeza por la "inoportunidad" e "intensidad" de las críticas del líder socialista.
El titular de Defensa señaló la necesidad de "ser respetuosos" con el Estado de derecho y pidió que "no sólo no haya presiones, sino que no existan intromisiones" en la actuación de los distintos poderes. "Si hay fallos en el poder judicial, deben ser corregidos como en cualquier otro ámbito de la vida, pero no me parece oportuno hacer declaraciones de esa naturaleza", apostilló Serra.
Por su parte, Margarita Mariscal aseguró que las manifestaciones de González demuestran "una crispación personal intensísima".
Tampoco los partidos parlamentarios anduvieron con paños calientes al enjuiciar las palabras del líder del PSOE. En tono muy irónico, el portavoz de Justicia del PP en el Congreso, Andrés Ollero, se preguntó por qué González se siente obligado a defenderse de los jueces. "Los ciudadanos normales, cuando ven a un juez no se ponen nerviosos", señaló. Ollero interpreta que alguien ha aconsejado a González que la mejor defensa es un buen ataque.
Tampoco en Izquierda Unida encontrará González apoyo. Su portavoz Rosa Aguilar dijo a este periódico que el ex presidente debe convencerse de que "la página de los GAL no se puede pasar sin más"; por tanto, también desde las filas izquierdistas recomiendan tranquilidad a González, y desde luego, que denuncie ante los tribunales, y no sólo en la prensa, las presiones sobre la Sala Tercera, "si es que tiene pruebas". "Su actuación parece una salida a la desesperada de quien está preocupado por la suerte que puedan correr él y personas de su partido", añadió Aguilar.
Desde el ámbito nacionalista, la diputada de Eusko Alkartasuna Begoña Lasagabaster consideró comprensible" que la desclasificación de los papeles del Cesid "no haya sido del agrado de los dirigentes del PSOE". Esta parlamentaria rogó al líder del PSOE que no ponga más palos "en el largo camino de aclaración de la trama GAL". El ex diputado del PNY y actual miembro del Consejo General del Poder Judicial Emilio Olabarría insistió en la petición a González de que, si tiene pruebas sobre sus acusaciones de presión, las presente, porque "puede ser delictivo". Olabarría, parlamentario de antiguo, no ha acogido con extrañeza las declaraciones de González dado su estilo proclive "a proclamas genéricas e innominadas que se descalifican por sí mismas".
Tan sólo desde las filas de Convergencia y Unió se intentaron templar los ánimos. El líder de UDC, Josep Antoni Duran, declaró que "hay un fondo de razón" en las críticas de González contra determinados jueces, si bien cree que las formas le han perdido". Aun así, el presidente del comité de gobierno de Unió lamentó "los excesos verbales" del ex presidente del Gobierno y le recordó que no tiene autoridad para criticar a los jueces estrella porque utilizó políticamente a uno de ellos, Baltasar Garzón, cuando le integró en la candidatura del PSOE por Madrid en 1993. "Yo creo", agregó Duran, "que en el fondo ha querido hacer unas observaciones sobre un cierto estado de los jueces, que no protagoniza toda la judicatura".
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