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Tres generaciones de la música cubana se reúnen en los escenarios españoles

Patato y D'Rivera presentan a la joven cantante Lucrecia

Diego A. Manrique

Tres generaciones de músicos caribeños coinciden esta semana en España. A la llamada de Llucrecia, cantante cubana de 29 años afincada en Barcelona, han acudido dos versátiles instrumentistas, igualmente nacidos en La Habana: Carlos Patato Valdés (1926), ilustre conguero con un impresionante currículo, y Paquito D'Rivera (1948), saxofonista y clarinetista, que toca desde jazz a música clásica. Juntos por vez primera, actúan en Las Palmas de Gran Canaria (miércoles 9) y Barcelona jueves 10).

El cartel inicial de este insólito encuentro ha registrado la baja de Israel López, Cachao, al que su doctor recomendó no moverse de Miami. Así que la legitimidad histórica está ahora encarnada por Carlos Valdés, universalmente conocido como Patato. Antiguo boxeador, Valdés es una catarata de anécdotas, capaz de recordar la fecha exacta en que grabó con Beny Moré, o lo que vestía en la primera emisión de la televisión en Cuba, donde popularizó El baile del pingüino.Patato abandonó Cuba en 1954, rumbo a Nueva York: "Ya había tocado con todo el mundo, necesitaba crecer". En Estados Unidos, la percusión de Patato ha pespunteado infinidad de discos y conciertos de grandes del jazz, de Art Blakey a Billie Holiday. Patato viaja acompañado por el bajista Joe Santiago, con el que mantiene un solicitado grupo de latin-jazz: "El único problema de Patato es que, en cuanto sale a un escenario, el público no quiere más que oírle a él".

Paquito D'Rivera llevaba pantalones cortos cuando vio a Patato como parte del conjunto Casino, "era el único prieto en una orquesta de blancos, derrochaba carisma y candela". Recientemente, D'Rivera ha ganado un grammy por Portraits of Cuba, "que es un puro disco de jazz". Naturalmente, su cotización ha subido con este premio, pero ello no ha impedido su viaje a España: "En otros países pido el doble de lo que me ofrecen; si me llaman de España, acepto lo que me den. Tengo buenos amigos, y en Madrid fue donde pedí asilo político". Ahora "se trata de ayudar a la carrera de Lucrecia, que es una muchacha con una formación impresionante, un talento de verdad, hoy que hay tanto artista falso".

Lucrecia no manifiesta temor ante la perspectiva de compartir escenario con semejantes titanes. Junto a su repertorio habitual, se pretende hacer un recorrido por un siglo de música cubana: "Sonará algo de Lecuona, Patato se marcará alguna rumba, yo me sentaré al piano para tocar el danzón Almendra. Y las sorpresas que se nos ocurran". El concierto de Barcelona se grabará en vídeo para un documental que recogerá esta cumbre multigeneracional de músicos cubanos que, por diferentes circunstancias, viven fuera de la isla. Paquito D'Rivera también está tranquilo: "Puedes sacar a un músico cubano de Cuba, pero no puedes sacar Cuba de su corazón".

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