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La línea con los vagones más viejos

Antonio Jiménez Barca

La línea 5 (Canillejas-Aluche) cuenta con los vagones más antíguos de toda la red. Exactamente, los coches fueron estrenados en 1964 y 1969. Los usuarios de esta línea, una de las más utilizadas y la segunda más larga, con 26 estaciones -la primera es la Circular, con 27-, se quejan de los traqueteos, de la falta de iluminación y en general, de la ausencia de comodidad a la hora de utilizarla.El presidente del Metro, Ramón López-Mancisidor, asegura que ya existe un plan para renovar el avejentado parque móvil de la 5, pero que habrá que esperar.

"Los vagones son viejos porque siempre han sido los mismos, los que se compraron en los años 60; estamos pensando en renovarlos, pero para eso hay algunos problemas: primero tenemos que poner mas vagones cuando la línea 10 y la 8 se unifiquen [cosa prevista para 1998], ya que se espera mucha más demanda; tendremos que ver si ahí ponemos coches de los grandes o de los más pequeños. Y eso dependerá de la respuesta del cliente, los que no vayan bien a esta línea irán en un futuro a parar a la 5", añade el presidente de Metro.

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Todo esto tardará tiempo. López Mancisidor calcula que los viejos vagones que atormentan a más de un viajero de la línea 5 -la verde- no serán completamente sustituidos hasta dentro de "tres o cuatro años" .

En esta línea, que atraviesa por completo la ciudad, se inscriben alguna de las estaciones más visitadas por lo viajeros. En 1995, por ejemplo, Aluche recibió más de nueve millones de usuarios; Callao, casi seis millones y Diego de León, más de cinco millones.

Con todo, en 1995, la estación más concurrida de toda la red del, suburbano madrileño -como en años anteriores- fue la de Sol, por la que pasaron más de 15 millones de viajeros; la segunda más visitada fue la de Moncloa (casi 10 millones).

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Por el contrario, la estación menos frecuentada fue la de Ventilla, en la línea 9 (Herrera Oria-Pavones): la visitaron sólo 350.000 usuarios en el año 1995.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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