Línea blanda
No estoy de acuerdo con ustedes. Lo siento, pero no puedo estar de acuerdo con esa línea blanda que, por esas cosas de la ética y del estilo, están siguiendo frente a las descaradas maniobras de acoso y derribo que el Grupo PRISA viene sufriendo, orquestadas por ya se sabe quiénes. Será que a mis años me he hecho un poco más intransigente y un poco más pragmático. Porque a quienes, desde la democracia y la libertad, empiezan con estrategias de erosión, con la insana intención de acabar haciéndose con el poder absoluto para imponer luego su dictadura, no puede tratárseles con paños calientes, ni con el conmovedor discurso de la otra mejilla. Hay que desenmascararlos: con crudeza y sin concesiones. La libertad cuesta ganarla y cuesta mantenerla.No quisiera verme, como hace 30 años, comprando Triunfo a escondidas; ni siquiera como hace 20 años, cuando pedíamos en el quiosco EL PAÍS con aparente desenfado pero con el rabillo del ojo oteando los alrededores, por si acaso.-
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