_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Concierto

Manuel Vicent

Fueron llegando los diputados al Congreso para el Pleno en que se iba a debatir el estado de la nación. Acababan de suceder en el país algunos hechos muy graves que habían alarmado a la opinión pública y la histeria de los medios de comunicación era consecuencia de la electricidad de la calle, que a su vez se había condensado en el ambiente del hemiciclo antes de comenzar la sesión. Corrían rumores de toda índole. Todos coincidían en que se estaba tramando algo terrible y nadie sabía de qué lado podría llegar la solución, dado el nivel de agresividad que habían alcanzado los debates parlamentarios. Para esa tarde se esperaba que la violencia llegara al límite. Tal vez por eso muy pocos diputados advirtieron que las estenotipistas que trabajan en medio del hemiciclo habían desaparecido, y allí, en lugar de su mesa, había un atril con. una partitura y un violonchelo apoyado en una silla. A causa de la tensión del momento nadie comentó ese cambio mientras sus señorías iban ocupando los escaños. Tampoco el presidente del Congreso se refirió a ello cuando abrió la sesión. Los insultos entre los grupos parla mentarios comenzaron en seguida. Unos y otros se arrojaban a la cabeza toda clase de asesina tos, cohechos y latrocinios. Cada una de las soflamas iba acompañada de gritos y abucheos en los tendidos que impedían al orador de turno explayarse en las miserias de sus adversarios. Cuando la confusión era absoluta, en me dio de un pateo general, por la misma puerta que un día penetró el golpista Tejero, ahora entró dé repente el gran músico Rostropóvich, no armado con pistola, sino con el arco del violonchelo, y con suma elegancia se dirigió al centro del hemiciclo y una vez allí dio con el arco unos golpes suaves en el borde del atril y ex clamó con autoridad: ¡Al suelo, todos al suelo! El Gobierno y los diputados, sin una sola excepción se derrumbaron a plomo bajo los escaños. Sobre el panorama vacío del Congreso, Rostropoóvich comenzó a interpretar la Suite número 1 para violonchelo de J. S. Bach.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_