Cecchi Gori y la RAI se reparten el fútbol al margen de Berlusconi

Silvio Berlusconi no está contento de la marcha de la guerra italiana de la televisión. Cuando se decía que su grupo, Mediaset, estaba a punto de cerrar un acuerdo con el canal estatal, RAI, o con Cecchi Gori (Telemontecarlo), que intenta consolidar una tercera red nacional de televisión, ha sido éste el que se ha repartido con la RAI el fútbol y algunas películas. Mediaset ha denunciado el acuerdo por oligopolista.

La pelea merece una lectura política directísima. Berlusconi es el líder del Polo de las Libertades, que coaliga a la oposición mayoritaria; la RAI está controlada por el Gobierno, y Cecchi Gori es senador por el Partido Popular Italiano (PPI), el grupo ex democristiano que apoya al Gabinete. De ahí que lo que constituye una transacción económica amenace con complicar las relaciones entre el Gobierno y la oposición hasta el punto de comprometer el futuro de la reforma constitucional en Italia.El acuerdo consiste en que Cecchi Gori cederá los derechos de transmisión del fútbol en abierto a la RAI y 38 películas, a cambio de que la televisión estatal se haga cargo de los más de 20.000 millones de pesetas que pide la federación italiana de fútbol y facilite a Telemontecarlo, la televisión de Cecchi Gori, algunas transmisiones deportivas gratis y los medios técnicos necesarios para que sus programas lleguen a toda Italia. Los derechos de transmisión completa en directo se venden sólo a la televisión codificada, y pertenecen a Telepiú, propiedad de Canal. Plus, Leo Kirch. y Mediaset.

Avales necesarios

Vittorio Cecchi Gori ganó el pasado 29 de febrero la subasta de los derechos de transmisión del fútbol, pero no consiguió presentar los avales necesarios y los derechos revirtieron a la RAI. Un tribunal le amplió luego el plazo de presentación de avales hasta las 12 horas de ayer. Poco antes de que se alcanzara el límite, la RAI anunciaba el acuerdo con Cecchi Gori y que se hacía cargo de la deuda.Berlusconi considera este acuerdo "un acto de bandidaje político" y tilda de "expropiación proletaria" la, propuesta que el Gobierno ha presentado al Parlamento para que la llamada Autoridad de las Telecomunicaciones, que está por crearse, decida cuándo una de las emisoras de Mediaset debe empezar a emitir por satélite para liberar frecuencias que permitan a TMC extenderse a todo el territorio nacional. La propuesta prevé que, simultáneamente una de las emisoras de la estatal RAI renuncie a la publicidad y a la programación comercial.