Aznar garantiza al Papa que será "amistoso, cordial, y abierto" con la Iglesia
La "primera visita oficial" de un presidente del Gobierno español al Vaticano se desarrolló ayer "en un clima de cordialidad" según afirmaron los portavoces de ambas partes, pero "sin acuerdos concretos ni una agenda para llegar a alcanzarlos, porque no era ése el objetivo de la visita" según afirmó el secretario de Estado para la Comunicación, Miguel Angel Rodríguez. Éste añadió que José María Aznar, que se entrevistó con Juan Pablo II en privado durante 35 minutos, había "venido a decir que el diálogo será amistoso y sin reticencias".
Dicho diálogo se desarrollará en España con la Conferencia Episcopal, precisó Rodríguez, que destacó que la visita de ayer al Vaticano "mejora las relaciones anteriores" entre el Gobierno español y la Iglesia, "sin que esto quiera decir que aquéllas fueran malas". El propio Aznar diría más tarde: "Lo que no es posible es que el presidente del Gobierno esté cuatro años sin hablar con el presidente de la Conferencia Episcopal Española, pero, por lo demás, las relaciones han existido siempre".El portavoz vaticano Joaquín Navarro Valls confirmó que se trataba de "la primera visita oficial" de un primer ministro democrático español, ya que pequeñas diferencias de protocolo y séquito la distinguen de la audiencia que Juan Pablo II concedió a Felipe González en 1984.
José María Aznar y su esposa, Ana Botella, llegaron sobre las 11 de la mañana al Vaticano al frente de una nutrida delegación que incluía al ministro de Exteriores, Abel Matutes, al embajador ante la Santa Sede, Carlos Abella, ambos también con sus esposas, y a altos funcionarios como el secretario de la Presidencia, Javier Zarzalejos, y el director general de Asuntos Religiosos, Alberto de la Hera.
El presidente español permaneció poco más de media hora a solas con el Papa. Dijo Rodríguez que la conversación versó sobre "la situación política en España, la situación europea, América, las relaciones Estado-Iglesia y las relaciones del Gobierno con la Conferencia Episcopal". Añadió Aznar que el Papa le dijo: "Usted y yo sabemos en nuestra propia carne lo que es el terrorismo".
Al salir del estudio del Pontífice, el presidente español, que vestía traje oscuro, dijo a los periodistas: "He encontrado al Papa en plena forma, y se lo he dicho", a lo que Juan Pablo II puntualizó: "De vez en cuando".
El presidente español regaló al Papa una edición fechada en el siglo XVIII de las obras completas de San Juan de la Cruz, el místico español que fue el tema de la tesis doctoral de teología de Karol Wojtyla. "Por estas obras aprendí algo de español", dijo el Papa. "Y nosotros, lo que es la buena espiritualidad", prosiguió Aznar. "Es un testimonio de la riqueza de vuestra alma", concluyó el Pontífice, que regaló un tríptico de monedas vaticanas y rosarios de madreperlas para las señoras.
El Papa despidió a Aznar en castellano de esta manera: "Muchos votos [buenos deseos] para su familia, para su patria, para su Gobierno y sus ministros, y para los Reyes. ¡Qué viva España! Y felices pascuas". El presidente fue acogido, a continuación, por el secretario de Estado, cardenal Angelo Sodano, que le recibió así: "Ya ha estado usted con Su Santidad. Ahora, pasaremos al examen de nuestras relaciones. En este mundo tan agitado, es útil cualquier intercambio de experiencias". La entrevista con Sodano duró 45 minutos.
Un comunicado del Vaticano destaca que, en esta entrevista como en la previa con el Pontífice, la Santa Sede demostró un interés especial por "la defensa de la vida, la promoción de la familia y la educación religiosa", y que "se hizo especial mención de la enseñanza de la religión en las escuelas y del papel de los profesores de religión". Rodríguez afirmó que no tenía información de que los interlocutores vaticanos hubieran hecho alguna. petición concreta en estos temas. Dijo también que no se había hablado para nada del obispo de San Sebastián, José María Setién, y que "al Gobierno español le parece excelente el propósito del Papa de visitar Cuba".
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