Triple fracaso francés

Antes de la anunciada caída de Mobutu, la derrota de Kisangani ya ha marcado un nuevo fracaso, el de la política francesa en el Zaire. Un triple fracaso: de ambición, método y moraI. La ambición de elaborar una política francesa en una región donde la influencia de París era menor que en otras zonas del Continente negro. Se trataba de hacer retroceder la ofensiva norteamericana. Las victorias de Kabila ( ... ) prefiguran la creación de un conjunto regional opuesto a Francia. ( ... ) También ha fallado el método. El de una diplomacia de servicios enfrentados unos con otros, de redes concebidas como cotos cerrados por tal o cual dirigente. Una diplomacia en la que se entrechocan secreto y cacofonía. Y finalmente, una derrota moral. El gesto de sostener a un hombre abandonado por todos pudo ser bonito, ya que la unanimidad no garantiza la verdad. Pero apoyar a un dictador no es nunca una buena acción; sostener un dictador al final de su carrera es, además, una estupidez política. El presidente de la República asegura la vuelta de Francia a Latinoamérica. ¿No acaba Francia de irse, cabeza gacha, de la región de los Grandes Lagos? Los discursos son insuficientes para definir una política exterior. Cuando la caída del comunismo obliga a redefinir ambiciones y estrategias, el episodio zaireño suena como una advertencia. ¿Sabrá Francia inventarse una diplomacia a la altura de los envites de este peligroso fin de siglo? 19 de marzo