Bonn se compromete ante la UE a meter en cintura los déficit de los Estados

Gobierno federal alemán se comprometió ayer ante el Consejo de Ministros de Economía y Hacienda (Ecofin) de la Unión Europea (UE), por boca del ministro de Hacienda, Theo Waigel, a meter en cintura los presupuestos de sus 16 Estados. Waigel pretende, para sujetar el déficit, "repartir" entre el Gobierno y los Estados las sanciones que pueda recibir Alemania por incumplir el pacto de estabilidad anejo a la moneda única.

"Los länder y los municipios deben asumir también su responsabilidad para lograr unas finanzas públicas sanas", reza el programa alemán de convergencia aprobado ayer. Ministerio y Estados federados negocian un Pacto de Estabilidad interna, a imagen del que los Quince aprobaron en diciembre, que fija fuertes sanciones a los países que sobrepasen el déficit de Maastricht (3% del PIB).El pacto interno alemán tiene tres elementos:

Reparto por mitades. Si el déficit excede del permitido por Maastricht, se repartirá "obligatoriamente" por mitades entre el nivel federal y el autonómico. Bonn es responsable de la Seguridad Social y los Estados de los municipios. La atribución se hará según la población de cada Estado.

Techos autonómicos. Si es necesario, se fijarán techos para ambas partes, en función de las previsiones de crecimiento del PIB.

Compartir sanciones. En caso de multas de la UE por exceso de déficit, "el peso de las sanciones recae, constitucionalmente en las autoridades presupuestarias que sobrepasen sus techos de déficit. Los länder y los, municipios reciben, así, un estímulo adicional para evitar altos déficif".

La delegación austriaca confirmó que copiará el esquema en su plan de convergencia, con lo que crece la expectativa sobre el otro gran país descentralizado, España. El director general del Tesoro, Jaime Caruana, aseguró que el nuevo plan de estabilidad será presentado "este trimestre".

El Ecofin aprobó el programa alemán, que prevé, con un aumento del 2,3% del PIB este año, llegar a un déficit del 2,9%, una décima inferior al techo, con lo que cumpliría su principal reto para obedecer el Tratado. Waigel confirmó su propósito de realizar reformas fiscales (reducción del tipo máximo del impuesto de sociedades al 40%) y recortes sociales.

Waigel resaltó ante el Ecofin el "gigantesco esfuerzo financiero" que supuso la unificación alemana. Pero 'se ahorró la desfachatez espetada a los periodistas a la entrada del Consejo, cuando sostuvo que el nivel de la deuda alemana -algo superior al 60% permitido- deberá ser juzgado en la criba para el euro en paralelo con la "enorme contribución" alemana al presupuesto comunitario.

Sólo le faltó decir "quien paga, manda". Luego añadió: "Tres es tres [el 3% del PIB, techo de déficit], pero sobre 60 [el 60% máximo de deuda] nunca me he pronunciado".

El presidente de turno, el holandés Gerrit Zalin, celebró que tanto el programa alemán como el. francés sean "coherentes con los criterios de convergencia y el calendario" de la moneda única .Aplaudió las reformas estructurales previstas en Alemania, pero criticó que el plan alemán evite plantear varios escenarios posibles y se limite a uno sólo, el oficial.