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El rescate de "la bestia llamada King Crimson"

'Epitaph' recupera en un doble CD el sonido del mítico grupo grabado en cintas

Diego A. Manrique

Traigan bolsitas de té y pastelitos", pedía invitación de Robert Fripp, enviada amigos y admiradores para que asistieran al estreno en público de Epitaph, el primer disco oficial -doble o cuádruple, ya se explicará- de grabaciones de la primera formación de King Crimson. El acto se celebró en un lujoso hotel en los alrededores del Hyde Park londinense. Un intento de distanciarse de los aspectos más casposos del rock progresivo que, a pesar de los esfuerzos de Fripp, no disipó el ambiente de culto que rodea los autores de In the court of the Crimson King.

Pete Sinfield, letrista y responsable de la luminotecnia del grupo en 1969, se ríe ante el alboroto creado por Epitaph: "Esto parece una convención de Star Trek". Pero no tiene dudas de que el primer King Crirason Justifica esa excitación: "Eramos parte de un movimiento que descubría nuevas formas de vivir, de amar, de relacionarse, de crear arte".Sin embargo, aparte de las botas y algún pequeño detalle ornamental, Pete Sinfield no tiene aspecto de revolucionario. Aunque vivió en Barcelona y en las Baleares, Sinfleld reside ahora en un barrio fino de Londres y tiene un alto cargo en el sindicato de compositores británicos: "Escribo letras para Diana Ross, Celine Dion, Bette Middler y otras cantantes; es curioso que sean las mujeres las que más aprecian mis textos". Y no siente vergüenza en trabajar al servicio de artistas tan ligeras como Celine Dion: "Algunos de mis versos que ella canta no habrían estado fuera de lugar en discos de King Crinison. Además vende millones de copias".

Exhibicionismo

Greg Lake, el angelical vocalista del primer King Crimson, también ensució su credibilidad underground al pasar a formar parte de Emerson Lake & Palmer, un supergrupo basado en el exhibicionismo más retumbante. Lake, ahora convertido en una montaña de carne, acaba de volar desde Canadá y no ha tenido ocasión de escuchar Epitaph. Pero conserva el mayor respeto por King Crinison, y parece no haber perdonado a Robert Fripp por continuar con el nombre tras la traumática separación del grupo: "Era un grupo implacable, donde tenías quemantener una altísima concentración mental en todo momento. Imagina una araña con 10 patas: nadie sabe hacia dónde se va a mover; puede incluso que ande hacia atrás, pero en King Crinison eso no era lo habitual. Ahora pones un disco y sabes inmediatamente lo que va a sonar en los siguientes minutos".Las eternas preguntas sobre la ruptura del grupo todavía provocan muecas de incomprensión entre los implicados. Sólo Michael Giles tiene claras las razones: "Yo tenía entonces dos o cuatro años más que los otros y me sentí menos excitado que ellos ante el enorme desgaste que supuso ir de gira por Estados Unidos. Allí te pasas 22 horas infemales antes de poder dar un concierto, y pensé que era más satisfactorio quedarse en casa y dedicar todas las horas del día a crear música". Así lo hizo y no parece haberse arrepentido: "Soy baterista de estudio y también hago música para publicidad y documentales. Cuando quiero participar en algo más audaz tengo una orquesta de percusionistas o trabajo con Michael Nyman".

Giles atribuye la ferocidad del King Crinison primigéneo a su dedicación obsesiva: "Creo que fue el grupo que menos disfrutó de los placeres de los sesenta. No usábamos drogas, no pasábamos las noches en clubes de moda persiguiendo mujeres, no nos preocupaba demasiado la vida social del underground'.

El salón donde los ex King Crimson reciben a la prensa se ha ido llenando de caballeros trajeados con brillos pícaros en los ojos. Son, se nos explica, el técnico de sonido original, uno de los primeros representantes, el asegurador que hizo posible sus giras, muchos veteranos de la guerra del 69. Pero falta el motor, el guitarrista e ideólogo que ha mantenido la llama de King Crimson hasta el presente. Robert Fripp se refugia en una sala contigua donde van a saludarle amigos y discípulos. Fripp ha cortado los contactos con la prensa y sólo se comunica a través de extensos textos donde disecciona el pasado o dispara sus cañones contra la industria de la música. Hoy, cuando llega al salón de baile del hotel donde se va a estrenar Epitaph, lo hace separado de sus compañeros, por una puerta lateral y escondido detrás de una cámara de vídeo.

Pero rompe su silencio para recibir el aplauso de varios centenares de respetuosos fieles: "Epitaph ha tardado 27 años en salir por varias razones. Necesitábamos una compañía adecuada, como es Discipline Global Mobile (en España, Sonifolk). Precisábamos la tecnología necesaria para rescatar el sonido de King Crimson de cintas grabadas de mala manera. Tercero, no ha sido fácil recuperarlas: algunas de nuestras grabaciones para la BBC se perdieron o fueron robadas; los registros de algún concierto estaban incompletos y hubo que buscar cintas de la misma noche por dos o tres continentes". Finalmente, Epitaph es un doble CD presentado en hermosa caja con libro. Para los insaciables, Fripp ha mejorado el sonido de dos discos piratas del 69 que se pueden comprar por correo y añadir a la caja.

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