La rosácea es la primera manifestación en el rostro de alteraciones físicas más importantes

Primero suelen aparecer en la cara las clásicas venillas rojas, que provoca el chiste, injustificado, sobre la afición del sujeto a beber. No es más que una señal estética que acompaña a la afección. Después viene un cuadro médico más complicado. Sobre esa piel enrojecida aparecen en las mejillas y en la nariz unas determinadas lesiones: unos granos sin picor, similares al acné, que se infectan y dan lugar a unas pápulas con pus. En su fase más exacerbada explotan y dejan cicatrices."Es un problema social importante", señala el presidente de la Academia española de Dermatología, Francisco Camacho. "Una persona que evoluciona de una cuperosis a una rosácea, y no se trata, no se da cuenta que está dejando de tratar otros síntomas porque la rosacea no es más que una manifestación de otras alteraciones más importantes". Éstas pueden ser, gástricas, endocrinas, oculares y psicológicas.

Las víctimas propiciatorias son adultos de más de 40 años y de piel clara que comparten un particular carácter. "Se preocupan por todo y por todos, más por el vecino que por ellos mismos, ordenados y ordenancistas, nerviosos, bondadosos, dados a hacer favores y a que se los agradezcan, y demuestran mucho afán por la limpieza" dice Camacho.

No hay datos acerca de si esta enfermedad benigna haga distingos entre hombres y mujeres, pero a los hombres les dota de una señal demoledora: les crece la nariz, lo cual no hace más que engordar su aspecto de presunto bebedor. Rembrant, Al Capone y San Juan de la Cruz, según datos históricos, corrieron esta suerte. Y a las mujeres -por cada cinco consulta un hombre- les beneficia la preocupación estética, porque la manifiesta visibilidad de la, rosácea les lleva a ponerse antes en manos de los dermatólogos.

"La mayoría de la gente viene al dermatólogo cuando ya está en fase muy avanzada", opina Miguel Aizpún, vicepresidente de la Academia de Dermatología. "Y se equivocan, porque un diagnóstico precoz es importante para iniciar el tratamiento. Luego este tipo de enfermos son muy agradecidos porque como la afección les crea cierto complejo cuando lo solucionas lo agradecen mucho". Éstos enfermos tienen que armarse de paciencia porque el tratamiento es largo, pero lo tiene, según los especialistas.

Los antibióticos, via oral, son la herramienta más eficaz para hacer frente al brote de la rosácea. Y una vez atajado el brote, las venillas pueden desaparecer si se las quema mediante electrocoagulación. Las nuevas tecnologías también se han puesto a su disposición como es el láser candela que, según Aizpún, es igual de eficaz pero añade un inconveniente: engorda mucho la factura.

La contaminación afecta a la rosácea en igual medida que a otros problemas dermatológicos, pero sí responde peor a las exposiciones prolongadas de sol, al viento, a los cambios de temperatura y al calor. Las recomendaciones para no irritar más la afección no difieren de las que se piden para todas las alteraciones cutáneas. En la medida que se pueda, evitar el estrés; el alcohol; comidas muy grasas o muy condimentadas y el sol sin protección. La limpieza es su mejor aliada y los maquillajes y las lociones con alcohol sus rivales.