Los padres elogian la guardería incendiada que Fraga tacha otra vez de "clandestina"

Los padres de alumnos de la guardería Dinky de Vigo, en la que el pasado viernes murieron tres niñas de menos de dos años a causa de un incendio, salieron ayer en defensa del centro y del comportamiento de sus empleados, que califican de "abnegado, profesional y cariñoso". Sin embargo, el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, insiste en considerar "clandestina" la situación de la escuela infantil por no haberse inscrito en el registro oficial de la comunidad autónoma. El PSOE va a pedir que una comisión del Parlamento gallego investigue la situación legal de las guarderías en Galicia.Fraga aguantó impertérrito el chaparrón de críticas por sus declaraciones sobre el caso. El presidente de la Xunta dijo que el centro, que llevaba 25 años abierto, era "clandestino" por no figurar en el censo oficial, aunque después se comprobó que la Xunta le había dado subvenciones y lo había sometido a inspección sanitaria.Los padres se sienten molestos porque interpretan que Fraga ha puesto en duda su celo en el cuidado de los hijos, y en su nota acusan al presidente de la Xunta de "evadir sus responsabilidades".

Fraga, por su parte, acusó al PSOE de utilizar políticamente el caso y echó mano del diccionario para explicar el significado del término clandestino, que consideró "absolutamente correcto".