La batalla olímpica más complicada.

La tensión subió ayer a límites hacía tiempo desconocidos en el olimpismo durante las vísperas de la selección de cuatro o cinco ciudades para ser sede de los Juegos Olímpicos del 2004, que se conocerá el viernes., El pastel de los 1.000 millones de dólares de beneficios -700 de derechos de televisión y al menos 300 de otros patrocinios-, unos 150.000 millones de pesetas, aparte de la publicidad inmensa que supone, obliga casi a la guerra sin cuartel. Protestas de siete de las 11 candidatas por los informes de la comisión de evaluación; presiones incluso de los máximos mandatarios de países, como el ruso Boris Yeltsin; denuncias contra presidentes de comités de candidatura, como el de Buenos Aires, Francisco Mayorga, por la supuesta importación irregular de un coche y hasta tres interpelaciones en el Parlamento italiano sobre la financiación de Roma son algunos ejemplos.Sevilla, mientras tanto, continúa su línea de discrección como si navegara en una mar agitada donde lo importante es no perder el rumbo. Junto a Atenas, Buenos Aires y Río de Janeiro, son las cuatro ciudades que no han protestado a los informes tras las visitas de la comisión de evaluación del Comité Olímpico Internacional. Errores, olvidos y contradicciones son las palabras más usadas en las cartas enviadas al COI por San Petersburgo, San Juan de Puerto Rico, Lille, Estocolmo, Estambul y hasta dos de las favoritas para clasificarse, Roma y Ciudad del Cabo. Esta dos, en todo caso, se enzarzaron recientemente en un cruce de acusaciones. La ciudad surafricana se quejó contra la italiana por una campaña feroz montada en la prensa. La paz momentánea sólo llegó cuando Roma matizó que la prensa italiana es independiente y puede hablar incluso de la delincuencia en Ciudad del Cabo.Los malos informes de San Petersburgo no sólo han llevado al primer ministro ruso Viktor Chernomirdin a "lamentar los muchos errores" del mismo, según señaló por teléfono a Juan Antonio Samaranch, sino que el propio presidente Yeltsin envió un mensaje al presidente del COI pidiéndole su influencia para una "decisión justa e imparcial". Samaranch, lógicamente, se lo ha garantizado.Quedar bien

Ante este panorama, Sevilla, aunque no pase siquiera el corte, puede quedar bien. El señorío en los actos y la escrupulosidad en lo económico, parecen asegurados. En una carrera con el techo tan cercano de Barcelona, se trata de participar con dignidad, sin dar la nota. Ganar es muy difícil y depende más de los errores de los demás. Por ello, si en la final del 5 de septiembre gana una ciudad europea, es razonable la postura de la alcaldesa sevillana, Soledad Becerril, de esperar al 2012 para intentarlo otra vez. Manuel Chaves, sin embargo, el presidente de la Junta andaluza, querría repetir inmediatamente para el 2008. El miedo a que Madrid coja el testigo y no lo suelte también es lógico.

Por otro lado, el secretario general del PSOE, Felipe González, mostró ayer su apoyo a la candidatura de Sevilla, afirmando que su ciudad natal reúne las condiciones para conseguir el éxito, algo que le haría mucha ilusión. González, que habló con Alejandro Rojas Marcos, el presidente adjunto de la candidatura y primer teniente de alcalde para expresarle su posición, señaló en una nota como razones "la seguridad demostrada en el 92, infraestructuras de pleno rendimiento, capacidad de acogida material y humana inmejorables, tecnologías punta para la transmisión universal, así como un consenso social pleno y un magnífico proyecto".