Un peligro para Sevilla

Todos los problemas de las 10 candidaturas que compiten con Sevilla favorecen a una aspirante de corte idílico, espectadora de las discusiones de las demás. Sin embargo, ante el peso específico de cuatro: Atenas, Roma, Ciudad del Cabo y Río o Buenos Aires, aunque las razones geopolíticas o de deudas morales superen a los méritos técnicos, el peligro está en que sólo ellas pasen el corte.Reglamentariamente pueden hacerlo cinco si la quinta se elige por unanimidad. Esa, precisamente, era la opción más razonable de Sevilla. Pero lo esperado antes de la semana de guerra olímpica ha empezado a ponerse en entredicho por algunos miembros de la comisión ejecutiva, o lo que es lo- mismo, del comité de selección. Quizá no salga, porque supondría efectuar un corte demasiado brusco, pero se maneja.

Como era imposible dejar más de cinco ciudades en carrera para dejar contentos a la mayoría, la idea de rebajar a un grupo que nadie discuta ha cobrado cuerpo. Sólo habría enfado sensible en la candidata suramericana descartada, Buenos Aires o Río. Pero Estocolmo ya no se molestaría porque pasara Sevilla, por ejemplo. Sólo achacaría el fiasco a su oposición popular. Y las restantes ciudades descartadas casi desde el principio tampoco protestarían tanto al caer otras de más fuste.

Soledad Becerril dijo ayer que no le preocupaba que fueran cuatro o cinco. Cara al público está bien. Pero solamente así.