Una exposición en Londres pasa revista a la moda de los 40 y a la revolución Dior
Christian Dior captó las ansias de renovación de la población femenina con su primera colección de 1947, The new look (La nueva imagen). Pero, en un principio, la extravagancia de sus diseños -derroche de telas, cinturas ajustadas y faldas hasta los tobillos- molestó en algunos círculos que aún sufrían el racionamiento y las restricciones de la guerra. El Museo Imperial de la Guerra de Londres contrasta el lujo de Dior con la moda utilitarista impuesta durante la II Guerra Mundial en su exposición La moda de los años cuarenta y la nueva imagen. Una detallada muestra que esconde auténticas joyas.Los parisienses celebraron la liberación de su ciudad con la chocante exposición del Teatre de la mode, en 1945. Cerca de doscientos maniquíes de miniatura, exquisitamente vestidos con confecciones de alta costura, formaron el grueso de una muestra destinada a recaudar fondos para la reconstrucción nacional. En esta iniciativa, que recupera parcialmente el Museo de la Guerra de Londres, participó Jean Cocteau con una escenografía inspirada en la filmografía de René Clair.
La oposición al despilfarro de telas de los diseños de Dior pronto cedió espacio alas imitaciones y adaptaciones para todos los públicos. La New look pasó en pocos meses a dominar los escaparates de las boutiques y las fotografías de moda de las principales revistas. Una visión muy diferente a las imágenes que la exposición londinense muestra dé los años anteriores. La guerra impuso restricciones en la población, pero también alimentó la imaginación y los instintos patriotas. Vestidos hechos a mano con telas de saco, faldas de petachos, abrigos confeccionados con mantas y otra serie de reajustes fueron algunas de las ideas promovidas por los Gobiernos durante la II Guerra Mundial.
El museo de Londres exhibe prendas originales, portadas de revistas, fotografías y diseños, así como diversos carteles propagandistas con los que el Gobierno animó al público a trabajar y reciclar. Todos ellos forman parte del llamado estilo utilitarista. El buzo o traje sirena, como el de terciopelo granate que vistió Winston Churchill, era, a juzgar por los documentos de la época, la prenda más apropiada para las noches de bombardeo.
Uno de los escasos entretenimientos durante la guerra, el cine, encuentra espacio en la muestra. Vestidos de Ginger Rogers y Joan Crawford, la maleta de maquillaje de Mae West y las réplicas de algunas de sus joyas que vendió para conseguir fondos se ordenan sucesivamente en las vitrinas del museo. Como preludio a la década destaca un traje de noche de Balenciaga y el vestido langosta que Schiaparelli, inspirado por Dalí, confeccionó para la duquesa de Windsor. Chanel, Mainbocher, Molyneaux, Digby Morton, Hardy Amies, Norman Hartnell y, por supuesto, Dior están igualmente representados en la exposición de Londres.
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