Muere otro alto dirigente de Corea del Norte

El régimen comunista de Corea del Norte, sacudido por las recientes deserciones y fallecimientos entre sus más altos dirigentes, volvió ayer a sufrir un duro golpe con la muerte del viceministro de Defensa, Kim Kwang-jin, anunciado por Radio Pyongyang. Según analistas de la escena norcoreana, el fallecimiento de Kim, de 69 años, de "una enfermedad crónica" menos de una semana después de la muerte del ministro de Defensa, Choe Kwang, de un infarto, no sólo deja un importante vacío en la jefatura de las Fuerzas Armadas norcoreanas, sino que marca el comienzo de un cambio generacional dentro de ese poderoso órgano."Para las Fuerzas Armadas, la muerte de dos altos oficiales es un golpe muy serio", explicó Noriyuki Suzuki, un analista japonés entrevistado por la agencia de noticias nipona Radiopress. "Esto va a forzar a Kim Jong-il [el presidente norcoreano] a acelerar el proceso de renovación generacional en la cúpula del Ejército", añadió.

En rápida sucesión, Corea del Norte ha perdido en las últimas semanas a (los de las figuras más importantes de la jerarquía militar, estamento que tiene un papel clave a la hora de consolidar el poder de Jong-il, hijo del fundador del país, Kim II-sung, que murió en 1994.

Además de provocar inestabilidad dentro del Ejército cuenta con una fuerza de 1, 1 millones de soldados y está considerado la mayor amenaza a la paz en Asia-, las dos muertes se añaden al caos que se vive en el país en este momento. A principios de mes, el primer ministro fue reemplazado, supuestamente por razones de salud, y un alto dirigente desertó y pidió asilo en la Embajada surcoreana en Pekín. El país también padece una grave escasez de alimentos.

Por otra parte, China, que teme las consecuencias de la hambruna en Corea del Norte, ha empezado a construir asilos en la frontera para alojar entre 50.000 y 100.000 posibles refugiados procedentes de este país.