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El Ayuntamiento vende el céntrico edificio del viejo laboratorio

Antonio Jiménez Barca

El edificio del viejo laboratorio municipal, situado en la calle de Bailén, 41, y erigido en 1886, va a ser vendido por el Ayuntamiento de Madrid. El inmueble, de 2.387 metros cuadrados de superficie, albergó a los profesionales municipales encargados de analizar muestras hasta el 6 de mayo de 1995, día en que se inauguró el nuevo, enclavado en el distrito de Hortaleza. El pleno municipal de hoy aprobará el precio de venta: 210 millones de pesetas. El inmueble tiene historia: fue adquirido por el municipio, en diciembre de. 1886, a Leonor Salm y Leowenstein. Treinta y cuatro años después, el rey Alfonso XIII inauguraba las instalaciones del laboratorio. La fachada es de ladrillo visto y tiene cuatro plantas, distribuidas alrededor de un gran patio central triangular recubierto por cristales. Según el Grupo Socialista, los forjados son de hierro "y en buen estado"

El edificio protegido, está considerado como "singular" y no se puede demoler. Ahora bien, en el Plan General de 1985, elaborado por el PSOE, estaba destinado para equipamiento municipal; ahora, el Plan General que ha aprobado el Ayuntamiento del PP él año pasado le fija un destino muy diferente: podrá albergar un comercio.

"Y pondrán una hamburguesería o un bar americano, seguro", se quejó ayer Juan Barranco, portavoz del Grupo municipal Socialista en el Ayuntamiento de Madrid. "En esta parte de la ciudad hacen falta dotaciones específicas, como una sala de música, o el Patronato Municipal de Turismo, que anda en un sótano, o una escuela de folclor madrileño, que fue aprobada en la Junta Municipal de Centro y no tiene aún sitio, y no se les ocurre otra cosa que venderlo para que pongan un comercio. Es lamentable", añadió el ex alcalde Juan, Barranco.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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