Una diputada negra denuncia un "racismo vergonzoso"
El debate parlamentario del proyecto de ley sobre inmigración siguió ayer caldeando los ánimos en la Asamblea Nacional. La diputada socialista Camille Darsières, negra, subió a la tribuna para denunciar "un tiempo de racismo vergonzoso y rampante" y para expresar su solidaridad a "todos los inmigrantes residentes en Francia". Fue una nueva sesión crispada, en la que la minoría de izquierda utilizó todos los recursos a su alcance para demorar la discusión y retrasar en lo posible la aprobación de la ley.
El diputado socialista Julien Dray esgrimió las estadísticas oficiales, que demostraban una fuerte reducción de la inmigración, tanto legal como ilegal, en los últimos años, para denunciar el proyecto de ley. "Curioso inmigrante el que definen ustedes, que siempre trae consigo paro, inseguridad, droga, poligamia e islamismo", afirmó Dray.
Dray agregó que la ley estaba destinada a crear en el inmigrante un sentimiento de inseguridad permanente: "El inmigrante sabe que con esta ley se le podrá retirar el permiso de residencia por cualquier cosa, como una alteración del orden público". El ministro del Interior, Jean-Louis Debré, impulsor de la ley, le respondió: "Para usted, la inmigración clandestina es mínima y no entraña ningún peligro. Yo creo, por el contrario, que cada vez es menos soportable para nuestros conciudadanos".
Debré negó que los numerosos trámites administrativos impuestos sobre los extranjeros "no turísticos" fueran a desembocar en la creación de "ficheros" similares a los creados contra los judíos por el régimen de Vichy. Luego reconoció que sí habría ficheros, pero sólo de extranjeros y nunca de quienes los alojaran, y afirmó que en cualquier caso los ficheros serían "destruidos cada tres meses". El obstruccionismo de la oposición, decidida a apurar todos los turnos de palabra, hará que el debate siga hoy y probablemente mañana.
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