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Tribuna:
Tribuna
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Empantanamiento

Hace ya muchos años, Fernando Savater, desde las páginas de EL PAÍS, se planteaba si en la lucha contra ETA no sería más inteligente que las fuerzas democráticas asumieran la plataforma KAS. Como por aquel entonces Savater también defendía la legalización de la droga, los políticos en curso se tomaron su iniciativa como un ejército de sombras chinescas de filósofo outsider. Desde tiempos similares algunos hemos inculcado la necesidad de prescindir de la doble verdad a la hora de comprender e informar sobre lo que pasaba en Euskadi, porque no se podía mentir a todas horas sobre la próxima desaparición de ETA y a continuación recoger la sangre, los cadáveres y las lágrimas consecuencia de sus acciones.Empantanada ahora la cuestión vasca, el Estado ni siquiera puede plantearse las tradicionales opciones estratégicas: una guerra abierta y sucia que pase por la ocupación militar o paramilitar de Euskadi con los efectos dominó consiguientes sobre la democracia española y la posible internacionalización del conflicto; considerar el asunto como un mal endémico a cargo del presupuesto general del Estado y de la paciencia de las víctimas habidas y por haber del terrorismo; mantener el doble juego de la condena cotidiana a la banda armada asesina y de negociaciones vergonzantes a niveles que no comprometan sensu stricto al Gobierno. El empantanamiento es tan real que por primera vez un banquero, y vasco, Ybarra, pide la paz con urgencia, y no olvidemos que en toda Europa los banqueros se meten en política en la medida en que se achica la capacidad de autonomía e iniciativa del poder político. Para salir del pantano, el PNV plantea desbordar a ETA con un pacto nacional democrático que asuma el común denominador abertzale. ¿Cómo se lo tomará lo que queda de España? ¿Y las víctimas de ETA? ¿Y ETA?

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