La consulta antes del embarazo reduce los riesgos para la madre y el feto
El 80% de las malformaciones se producen en las cinco primeras semanas
Algunos estudios y experiencias de otros países sugieren que si las mujeres en edad fértil, que desean tener un hijo, consultaran al ginecólogo antes de quedarse embarazadas, se reduciría en un 30% el gasto sanitario perinatal. Principalmente, en el mantenimiento de prematuros y en el soporte de niños con defectos y problemas.Esto significa que la consulta preconcepcional o pregestacional reduce sensiblemente el riesgo de complicaciones durante el embarazo para la madre y en los trastornos que pudiera sufrir el feto, como abortos, malformaciones congénitas y prematuridad.
Informar a los médicos
Y éste es el mensaje que la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) promueve dentro de una campaña que acaba de emprender todo el país, dirigida a ginecólogos y médicos de cabecera. Luis Cabero, presidente de la SEGO, afirma que con esta campaña se pretende concienciar a todas las parejas en edad fértil de la. importancia de la consulta previa al embarazo."Para llegar a la población general", dice, "tienen que estar bien informados los propios ginecólogos y los médicos de familia. Estos últimos desempeñan un papel importante, ya que con mucha frecuencia constituyen la primera puerta de acceso a la sanidad".
Cabero admite que tal vez se cree una exigencia que no pueda ser satisfecha con la actual estructura sanitaria, pero considera "que muchas veces hay que generar antes una demanda y una presión social para que las autoridades respondan".
El presidente de la SEGO justifica plenamente la consulta antes del embarazo, ya que la mayoría de las malformaciones fetales se producen "en las cinco primeras semanas de gestación, es decir, antes de que la propia mujer tenga conocimiento de su propio estado, y muchas de ellas podrían ser prevenibles".
La consulta preconcepcional comprende una completa revisión médica para comprobar el estado de salud de la mujer y la disposición de su organismo para concebir un hijo .
Se empieza con la amnanesis o historia clínica personal y familiar de la mujer y, si fuera posible, de la pareja; le siguen una exploración ginecológica manual y ecográfica, así como otras pruebas básicas: toma de la tensión, auscultación y análisis de sangre y orina.
En los análisis, entre otros parámetros, se estudia la determinación de anticuerpos frente a la toxoplasmosis, rubeola, sífilis, hepatitis B y sida. Este último análisis se realizará con el consentimiento expreso de la mujer. Los ginecólogos explican que este tipo de consulta surge "con los cambios socioeconómicos de las últimas décadas, principalmente la incorporación de la mujer al trabajo, que han propiciado que la gran mayoría de las gestaciones sean programadas". Lo habitual es que un embarazo se consiga en el primer año de intentarlo, generalmente en los cuatro primeros meses.
Según Josep María Carrera, jefe del servicio de Obstetricia del instituto universitario Dexeus, de Barcelona un aspecto muy relevante de esta consulta es "la información que se da a la mujer o pareja a cerca de las normas de vida sana que debe seguir para concebir en las mejores condiciones".
En opinión de este especialista, en esa información se subraya la importancia de una serie de recomendaciones sencillas y conocidas, pero que con frecuencia no son observadas, como el "no fumar ni beber alcohol, no consumir ningún tipo de droga, descansar y dormir lo necesario, evitar el estrés, no practicar deportes de riesgo ni que exijan ejercicio intenso, y llevar una alimentación. equilibrada, rica en verduras, frutas, carne, pescado y lácteos". Para Carrera, no es muy raro que en las consultas pregestacionales se encuentren problemas no diagnosticados y que inciden directamente a lo largo del embarazo en la salud materna y fetal: hipertensión, diabetes, ciertas enfermedades autoinmunes que condicionan abortos de repetición o la presencia de fenilcetonuria, que presupone retraso mental en el niño. También a veces, mediante ecografla, se detectan ciertos trastornos de esterilidad, lo que evita la pérdida de tiempo en busca del embarazo y facilita la instauración rápida del tratamiento adecuado.El hallazgo de algunos problemas obligaría a la adopción inmediata de una serie de medidas encaminadas a preparar el organismo para la gestación e incluso para evitarla si supone un riesgo importante para la madre o el feto.
Si, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, la consulta pregestacional es, recomendable para todas las mujeres que deseen quedarse embarazadas, existen unos grupos en los que esta actitud de medicina preventiva es inexcusable: riesgo de tener hijos con malformaciones fetales, que pueden ser por antecedentes personales o familiares con este problema- diabetes, drogadicción, ciertos tratamientos farmacológicos, fenilcetonuria, dolencias del corazón importantes, enfermedades graves y una cuestión de edad como es el haber cumplido los 35 años.
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