"Ya no me siento parte de nada"
Raimon tiene 56 años y sólo lleva unos pocos menos dedicado a la música. Ha, sido símbolo de casi todo, incluso del desencanto, y parece un poco fatigado de la sobrecarga. La ironía acude ahora con mayor frecuencia en su ayuda. Así, su último disco lo ha llamado Cançons de mai -Canciones de nunca, en una forzada traducción literal-, harto de que en los recitales le griten Raimon, les de sempre! (Raimon, las de siempre). Raimon llega a la cita con el disco apenas sacado del horno. Y lo deja encima de la mesa con delicadeza y modestia.Pregunta. Cançons de mai...
Respuesta. Si quiere, en el título hay como un aliento profundo, clásico. Pero también, y sobre todo, hay una respuesta medio en broma a los que me gritan en los recitales, Raimon, les cançons de sempre! Pues bien, ahora las canciones de nunca jamás.
P. ¿Cuántos años sin discos inéditos?
R. Diez.
P. No parece normal.
R. No, no lo es. Aquí nada es normal.
P. ¿Cuáles son las razones?
R. Hay muchas. Se me han ido muriendo los que me animaban. Murió mi madre, el padre de mi mujer y Enric Gispert, y Joan Fuster, y Joan Miró, y Salvador Espriu. Los viejos... Los viejos me servían de mucho. De los de mi edad ya no me fío tanto.
P. ¿Hay más razones?
R. El, ambiente, claro. Es muy poco alentador. En todo el mundo suenan los mismos discos a la misma hora. Por si fuera poco, la hostilidad hacia el catalán es manifiesta en muchos lugares de España. Pero no me quiero quejar. No me he quejado nunca.
P. El ambiente puede ser difícil. Pero más difícil era con Franco.
R. Con una diferencia: entonces te sentías parte de algo. Ya no me siento parte de casi nada. Ahora bien, contra eso, contra el desaliento, podías sentirte más o menos preparado. Pero contra los golpes bajos de la biología es más difícil. De todos modos, quizá suceda, otra cosa: lo que en la antigüedad se llamaba "la falsa conciencia". A lo mejor lo único que sucede es que en estos 10 años no tenía nada que decir.
P. Su enfado es visible.
R. Desconcierto es más adecuado. Vivimos mejor. Pero con la clara y terminante condición de no mirar nunca hacia el otro lado.
P. Esa ha sido condición de supervivencia en todo tiempo.
R. El problema es que ya no tengo 20 años. A los 20 anos creía con franqueza que íbamos a arreglarlo
P. ¿Una generación como la suya puede recuperarse de un golpe como el del Muro?
R. No creo en generaciones.
P. Lo personalizaremos entonces.
R. Para mí, la caída del Muro no significó gran cosa. Mire, tenga en cuenta que- yo no venía de la Universidad de Barcelona, donde el PSUC era la ley. El mundo de la Universidad de Valencia era mucho menos rígido y más variado. Yo leía a Sartre, a Camus, a Pavese. Era otro mundo, en fin. Y además, nunca he sido beato de ninguna cofradía.
P. Despuésde más de 20 años de democracia, tal vez sea la actual situación valenciana una de las menos previstas por el antifranquismo.
R. El antifranquismo siempre fue muy minoritario.
P. Eso empieza a reconocerlo la izquierda sólo ahora.
R. Yo lo tuve siempre claro. Mire si fue minoritario que en septiembre de 1975, días, ¡días!, antes de que muriera Franco, fusilaron a cinco personas en España y no hubo una sola manifestación de protestas que mereciera ese nombre, salvo, quizá, en el País Vasco. ¿Antifranquismo? ¿Qué antifranquismo? No me extraña que así se hiciera la transición que se hizo.
P. Modélica y pacífica, según convención aceptada.
R. Mire, esto dé pacífica... Aquí todavía sigue muriendo mucha gente. No tan pacífica, no tan pacífica.
P. Pero mueren en una democracia.
R. Pero tal vez a, causa de cómo se hizo la transición. La mejor definición de la transición española la encontré en una pancarta colgada de los muros de una facultad universitaria: ¡Viva laruptura implicada!.
P. Hablábamos de Valencia.
R. Sí, el valencianismo político es tan minoritario como lo fue el antifranquismo. Para mí no ha Ido ninguna sorpresa todo lo que ha pasado. Ni siquiera que se llegue a la cabronada analfabeta de discutir la unidad de la lengua, que es algo parecido a considerar, por ejemplo, que el castellano y el español son lenguas distintas.
P. ¿Los països catalans nacieron y murieron con Fuster?
R. Nacer, nacieron antes. Ya en el siglo XIX se habla de ellos. Y morir, morir tal vez sea decir mucho. Pero es cierto que hoy no interesan a nadie. Y lo que no interesa a nadie no avanza.
P. ¿Usted cree que el nacionalismo potencia o traba el desarrollo cultural? -,
R. La cultura se da en el interior de realidades nacionales. Francia, por ejemplo. Sí que es verdad que el esfuerzo nacionalista quita tiempo y energías. Yo no soy nacionalista, porque creo que el nacionalismo no puede ser una ideología. Ahora bien, sí soy un artista nacional, alguien convencido, con Musil, de que la única manera de estar presente en el mundo es a través de mi grupo.
P. La nueva ley lingüística que se prepara en Cataluña prevé la implantación de cuotas radiofónicas para la canción en catalán. De un 25%.
R. Sí, eso dicen.
P. ¿Y ... ?
R. Yo renuncio a mi 0,08%. Desde ahora. Ahí lo tienen.
P. ¿La cifra es la que le toca?
R. Más o menos.
P.¿Por qué renuncia?
R. Porque eso no va a servir para nada. Mire: si la sociedad catalana no aprecia nuestro trabajo, ya puedes ponerte como te pongas. El problema no se soluciona con cuotas. Entre otras muchas razones porque esa ley, no la cumplirá nadie. Creo que. aún está vigente una ley que obliga a las emisoras españolas a reservar un tanto por ciento de la programación a la canción en español. Y ya ve el caso que hacen las emisoras.
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