Deseo, atracción y vínculo
Los científicos estudian el comportamiento humano en el amor desde el punto de vista evolutivo
ENVIADA ESPECIALDeseo, atracción y vínculo. Las tres emociones del amor romántico están siendo diseccionadas por psicólogos, neurólogos y antropólogos,que creen que es posible estudiar científicamente en humanos este fenómeno que lleva a la reproducción, algo crucial en cualquier especie. Lo que han encontrado muestra cómo la evolución dio lugar a unos comportamientos ahora universales que juegan a favor de, aunque no determinan, la existencia de uniones monógamas sucesivas. El amor y el futuro del matrimonio en el siglo XXI fueron analizados en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) que se ha celebrado en Seattle.
Los seres humanos, como los mamíferos, exhiben tres emociones primarias: el deseo sexual, la atracción preferente por una determinada pareja sexual y la relación afectiva o vínculo, señala la antropóloga Helen Fisher, y su secuencia lógica es el enamoramiento y la formación de una pareja estable. El deseo sexual lleva a buscar una pareja, la atracción sexual a elegir una y esforzarse por lograrla, y el vínculo permite permanecer: unida a ella durante el tiempo necesario para criar a los hijos.
Y en todas estas emociones existen unas bases biológicas, neuronales, que se traducen en la producción de determinados compuestos químicos, muchos de ellos desconocidos. Sin, embargo, en los humanos, las tres emociones se pueden dar al mismo tiempo, lo, que implica que. uno se puede sentir vinculado a su pareja estable mientras se ve atraído por otra persona y desea a una tercera. Fisher cree que esta flexibilidad de.apareamiento representaba, para el hombre primitivo, ventajas evolutivas.Pero yendo un paso más allá, Fisher se está centrando en una de, las etapas, la de la atracción. Aunque ya se conocen algunos de los fenómenos típicos -pensamientos constantes sobre la otra persona, sensación de euforia, dependencia emocional- ahora va a investigar cómo va rían las experiencias de atracción romántica en hombres y mujeres y las posibles explicaciones evolutivas. Y, mientras tanto, en colaboración con científicos del Albert Einstein College of Medicine, ha empezado a reunir imágenes por resonancia magnética de los cerebros de personas enamoradas para estudiar las áreas que se activan. Fisher explica que todos estos estudios serán de utilidad para la medicina y el derecho, y recuerda los crímenes pasionales, las depresiones y los suicidios por amor despechado.
La causa de que alguien se vea atraído por otra persona entre millones de ellas es otro área de estudio en aumento. Comparando con otras especies y estudiando rasgos corporales digitalizados de sujetos humanos, el biólogo Randy Thornhill a llegado a la conclusión de que la simetría es el rasgo más valorado evolutivamente en una posible pareja porque indica buena salud y corrección genética. Y en los hombres la simetría -en las orejas, en los tobillos, en el torax, entre otros puntos y menos en los rasgos faciales- indica más posibilidades de conquista.¿Y cuánto dura la atracción, el estado de enamoramiento? Estudios anteriores lo han limitado a un máximo de tres años, en una relación normal de contacto estrecho. Después, la hoguera química se medio apaga y se pasa a sentimientos de tranquilidad, estabilidad y paz en la relación de pareja, probablemente por la habituación de determinadas neuronas a los niveles de los compuestos químicos de enamoramiento o por la menor producción de éstos, señalan los científicos. Ellos mismos advierten que todo este proceso no es determinista, sino que está mediado por fuerzas culturales muy potentes, siendo un ejemplo representantivo de la, mezcla compleja de medio ambiente y herencia que determina el comportamiento humano.
Tras el enamoramiento puede llegar el vínculo, que los psicólogos evolutivos creen que se produce para poder alcanzar el fin último de la reproducción, la cría de los descendientes, debido a que en las condiciones del hombre primitivo hacían falta dos progenitores para llevarla a buen término. Y en la tendencia actual de las sociedades occidentales al divorcio o desvinculación, creen ver la confirmación de que el ser humano tiende a sucesivas relaciones monógamas, justificadas por la necesidad de dar lugar a una mayor combinación genética con parejas y descendientes distintos que a su vez tendrían más éxito en la reproducción y transmitirían los rasgos fisiológicos de atracción, vinculación y desvinculación. Aunque no faltan los críticos que ven en esta escuela de pensamiento, una coartada científica oportuna para justificar la epidemia de divorcios en Estados Unidos más que una verdad absoluta en sí misma.
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