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Si hablas, no conduzcas

La policía pone 20 multas al día por circular mientras se utiliza el teléfono móvil

Antonio Jiménez Barca

El tipo, cuenta un policía, iba montado en un ciclomotor por Atocha, sin casco, sorteando vehículos a toda velocidad y diciendo por el móvil a su novia que llegaría tarde, pero que se estaba dando prisa. Al final se retrasó más de lo que esperaba. Un agente le multó por tres cosas: exceso de velocidad, no llevar protegida la cabeza y hablar con un teléfono móvil mientras conducía, infracción ésta prohibida por el Reglamento General de Circulación y a la que los policías municipales prestan últimamente mucha, atención.

Desde el verano han intesificado la vigilancia a estos charlatanes motorizados y, según los cálculos del Ayuntamiento, ponen 20 multas por este concepto cada día en la ciudad. El motivo para perseguir a los que conducen y hablan por el telefono móvil a la vez está claro para los agentes: se limitan los movimientos, se restringe la visión y se presta menos atención. "Recientes estudios comparan el riesgo de estos conductores con los que circulan con un índice de alcohol superior al legal", dicen en la policía. Las faltas suelen ser "saltarse los semáforos en rojo y aminorar la velocidad sin causa justificada". Esto provoca que los locuaces conductores se vean inmersos en pequeñas colisiones" con más frecuencia de la deseada. La multa es de 5.000 pesetas. Menos, por ejemplo, que saltarse un semáforo: 15.000. Para evitarlo, los conductores han aprendido varias artimañas. Una es una variante de los "corto" y "cambio" que salen en las películas. "Cada vez que hablo con el móvil y veo un agente, digo por el teléfono 'policía', y dejo de hablar un rato", dice un conductor.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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