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Chile aprovecha la bonanza económica para rearmarse y modernizar su Ejercito

El Gobierno chileno está modernizando con sigilo sus Fuerzas Armadas. Se aprovecha de dos circunstancias: un crecimiento económico sostenido a lo largo de toda una década y el creciente interés de los principales países vendedores de armas que, al tratarse de una democracia consolidada, ya no ponen obstáculos morales. Estados Unidos estudia levantar la prohibición impuesta por el presidente Jimmy Carter hace 20 años y vender modernos aviones F-16. Europa es su principal competidor en el negocio.

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Tiro por la culata

, Dos al menos han sido las sorpresas que causó el anuncio de Francia de que Chile ha decidido comprar dos submarinos Scorpene, de 1.600 toneladas cada uno, al consorcio francoespañol DCNI-Bazán, por 455 millones de dólares en total (unos 63.700 millones de pesetas). La primera, que entre las cuatro ofertas fuera elegido el Scorpene, un prototipo todavía no construido, desechando los modelos 209 (alemán), Upholder (británico) y T-96 (sueco), que ya navegan y, al menos uno de ellos, más baratos. Y la segunda, que la decisión la anunciara el ministro de Defensa francés, Charles Millon, sin la confirmación de Santiago.El proceso de compra no está concluido. Mientras el Ministerio de Defensa chileno no ratifique la decisión, todavía hay esperanzas para otros postulantes. Algún imponderable puede aún torpedear la operación de los submarinos. Para DCNI-Bazán, la operación es fundamental, lo que explicaría su anuncio unilateral. El Scorpene es un submarino convencional, de última tecnología, capaz de una navegación muy silenciosa y de permanecer sumergido tres veces más tiempo que otros modelos, aunque sólo existe en los planos y diseños de los ordenadores. Además, de concretarse la venta, el consorcio francoespañol logrará penetrar en el emergente mercado latinoamericano. Esta región del mundo, con un gasto militar promedio de 1,6% del Producto Interior Bruto (PIB), más bajo que el de otras áreas, ha llamado la atención de los países vendedores de armas. Por un lado, América Latina ya superó la crisis provocada por el excesivo endeudamiento externo de los años ochenta. Por otro, la consolidación democrática, aunque frágil todavía en algunas partes, implica un certificado de buena conducta, que los vendedores más escrupulosos exigen.

El Ejército de Tierra chileno acaba de comprar 67 carros de combate Leopard-1 al Ejército belga, por 15 millones de dólares, que reemplazarán a los viejos Sherman. El Ejército necesita otras 150 a 200 unidades, que comprará en 1998 en Europa.

Para el senador Jaime Gazmuri, miembro de la Comisión de Defensa de la Cámara Alta, el hecho que éstas reposiciones se hayan juntado en un corto periodo "es una mera coincidencia, porque el país no está en una carrera armamentista". Según él, estas compras tampoco alteran el. equilibrio regional, pues no significan aumentar unidades.

Sea como fuere, Chile está comprando armas y las arcas fiscales, con una economía que lleva más de una década creciendo a un ritmo del 6,5% de promedio anual, pueden, al parecer, permitírselo. En el mapa de las inversiones, la presa mayor no son los submarinos y carros de combate, sino los aviones.

Uno de los principales modelos disponibles en el mercado son los estadounidenses F-16. La Casa Blanca ha recibido consejos de los ex secretarios de Estado, Warren Christopher, y de Defensa, William Perry, cuando estaban en sus cargos, de vender aviones de combate modernos a América Latina. Y el actual titular de Defensa de ese país, William Cohen, cuando era senador firmó una carta junto con otros 39 colegas para suavizar la política de venta de armas de tecnología avanzada a los países latinoamericanos por la consolidación democrática, en un examen caso a: caso. Después de todo, si no venden los estadounidenses lo harán los europeos.Todo indica que Chile estaría entre esos casos. Pero las autoridades locales sostienen que aún no han decidido iniciar negociaciones por los F-16. Y mientras, los países europeos están interesados. En su reciente gira por América Latina, el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, que dictó hace 20 años la prohibición de venta de armas modernas a los países que no respetaran la democracia, criticó que el país esté iniciando una carrera de compras bélicas. La respuesta chilena fue categórica: "Opinó sobre asuntos que conoce muy poco", afirmó el subsecretario de Relaciones Exteriores, Mariano Femández.

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