"Antes muerto que renunciar", advierte el presidente Bucaram

Abdalá Bucaram se ha quedado solo en su intento de continuar gobernando Ecuador, mientras se profundiza la grave crisis del país latinoamericano. La forzada dimisión, ayer, del ministro de Defensa, Víctor Manuel Baya, y su relevo por el jefe de las Fuerzas Armadas, general Paco Moncayo, es interpretada como una clara señal de que el Ejército ha abandonado al presidente destituido por el Parlamento y busca una fórmula alternativa que permita romper la extraña situación de que existan actualmente tres jefes de Estado.

Bucaram salió de Quito para viajar a Guayaquil, su ciudad natal, donde anoche declaró ante 5.000 incondicionales que no dimite: "Antes muerto que renunciar". En un primer gesto en busca del apoyo de la calle, ha anunciado un aumento de los sueldos, y de forma especial el de los militares. Asimismo, ha sugerido que representantes de los tres poderes institucionales se reúnan con el fin de buscar "soluciones concretas para la gobernabilidad del país". Bucaram continúa siendo, legalmente, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, pero ninguna de las tres armas ha dado un paso al frente en la defensa del mandatario populista.Bucaram no cede, ni tampoco lo hacen el presidente del Congreso, Fabián Alarcón, y la vicepresidenta de la República, Rosalía Arteaga, quienes se proclaman como legítimos jefes del Estado. Alarcón, que se ha apresurado a nombrar un Gobierno interino, reunió esta madrugada el Parlamento para aprobar diversos nombramientos en la judicatura. El Legislativo exigió a las Fuerzas Armadas el apoyo a Alarcón, pues es, a su juicio, la mejor "salida a la crisis".

Los ex presidentes Sixto Durán-Ballén y Osvaldo Hurtado han instado a los tres litigantes a que renuncien a sus pretensiones y permitan de manera pacífica la designación de un gobernante de transición mientras se resuelve la grave crisis política.

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