'El blindaje'

, La fecha señalada por el ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, el pasado mes de junio, para el relevo de Feliciano Fuster en la presidencia de Endesa era la firma del nuevo protocolo eléctrico. La privatización de la compañía eléctrica la haría un nuevo presidente. Sin embargo, poco antes, una historia se entrometió en el camino: la Comisión Nacional del Mercado de Valores abrió, a primeros del pasado mes de diciembre, un expediente sancionador a Fuster, al director financiero y a la propia empresa, por ocultar información relevante sobre las OPS a Sevillana y Fecsa. El plan de Rato tuvo que esperar.Ni el ministro de Economía ni el de Industria, Josep Piqué, deseaban presentar el cese de Fuster relacionado con el expediente sancionador. Y esperar a la resolución del mismo suponía fomentar esa correspondencia. -

Fue así que Rato pisó el acelerador, habló con Martín Villa, a quien, según fuentes solventes, se le debía, políticamente hablando, un nombramiento y configuró la solución: un presidente representativo y un consejero delegado a cargo del día a día. Para este segundo puesto, nadie mejor que uno de los directores generales. El nombre: Rafael Miranda. Mientras tanto, varios hombres del consejo de administración de Endesa idearon una salida digna para Fuster. Se trataba de nombrarle presidente de honor.

La solución, aprobada ayer, se precipitó finalmente porque, según fuentes informadas, Rato sabe que el expediente sancionador de la CNMV puede estar prácticamente terminado. Por tanto, si se pretendía desvincular los cambios del expediente de la CNMV era necesario hacerlo cuanto antes.

Dos objetivos

El esquema aplicado tiene dos objetivos. El primero, blindar a Fuster frente al inminente expediente sancionador de la CNMV; el segundo, aprovechar las excelentes relaciones del ahora ex presidente con bancos de negocios e inversores institucionales, con los cuales ha mantenido un gran idilio.

La CNMV ha corroborado sus sospechas iniciales sobre ocultación de información relevante máxime cuando Fuster y su equipo había cumplimentado en 1991, con ocasión de sus planes de compra de Sevillana de Electricidad, datos parecidos a los que se le exigían, nuevamente, en octubre pasado. Sin embargo, tanto Fuster como SEPI, accionista de la eléctrica, han venido a alegar esto: unos por otros, la casa sin barrer. En otros términos, Fuster no podía informar a la CNMV sobre unos planes cuando no tenía la autorización de su accionista.

Será Rato quien resolverá sobre la sanción que va a proponer la CNMV. Pero Rato, que ha dado su visto bueno al nombramiento de Fuster como presidente de honor de Endesa, se ha definido de antemano: la sangre no llegará al río. Problema: la contaminación del mercado y la furiosa especulación con ganancias espectaculares en la Bolsa a la que contribuyó la negativa de Fuster y de ENDESA a proporcionar los datos solicitados por la CNMV. No todos pueden salir airosos de esta historia.