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MÉXICO

Cavazos sienta cátedra

, Eloy Cavazos es todo un maestro y, como tal, dio cátedra de pundonor, casta y dominio. Con 30 años de alternativa se enfrentó con sapiencia y valor a un lote con recorrido dándole la réplica a sus alternantes, dos de los cuales aún no habían nacido cuando él se doctoró.Al fijo adversario que abrió plaza Cavazos le ejecutó una faena templada y pinturera. Por el lado derecho corrió la mano con gusto y suavidad y, en la suerte suprema se volcó sobre el morrillo saliendo despedido aparatosamente.

Al claro quinto, el diestro de la villa de Guadalupe, Nuevo León, lo lanceó con alegría y lo muleteó con inteligencia. En un palmo de terreno cuajó una faena creativa a un ejemplar que se quedaba corto. Interpretó un toreo puro y cristalino en varias series por ambos lados rematadas con capetillinas, cambios de mano por delante, invertidos por la espalda, adornos y su personal regiomontana. La emoción invadió los tendidos y el buen desempeño de Cavazos fue coreado con gritos de "torero, torero".

Dos hierros / Cavazos, Armillita, Joselito, Ponce

Toros 1º, 3º, 4º y 5º de Mimiahuapam, resto de Begoña presentables y cómodos, medidos de fuerza.Eloy Cavazos: estocada desprendida (oreja); pinchazo hondo saliendo trompicado y estocada saliendo rebotado (dos orejas); salió a hombros. Miguel Armillita: estocada (silencio); media trasera (ovación y salida al tercio). Joselito: estocada contraria (silencio); tres pinchazos -aviso-, pinchazo, dos descabellos y se echa el toro (bronca). Enrique Ponce: estocada trasera (petición y salida al tercio); pinchazo hondo y dos descabellos (aplausos). Monumental Plaza México, 5 de febrero. 51º aniversario del coso. Corrida a beneficio Cruz Roja. Lleno de "no hay billetes".

Con el áspero segundo, Armillita puso empeño pero no se acomodó plenamente ante una bestia que le buscaba los tobillos. Al sexto, el hidrocálido lo recibió cargando la suerte y bajando las manos en sus verónicas. Dándole la distancia adecuada a un bovino que nunca se entregó lo toreó erguido y relajado engarzando elegantes y aromáticas series de redondos.

Joselito defraudó a la afición que lo esperaba con tanta ilusión pues dio la impresión de que sólo vino a salir del paso. Con el tercero, que se ponía por delante y miraba al torero, anduvo medroso y abúlico. En el último tercio dio trapazos de trámite y abrevió. Al salir el séptimo, que tenía trapío, arreció el vendaval y la res brava se fue inédita porque el madrileño se arrugó y sin decoro alguno tiró por la calle de enmedio. ¡Qué vergüenza!

Enrique Ponce fue el reverso de la medalla pues estuvo en plan de lidiador con el lote de mayor peligro. Hizo una meritoria labor ante el cuarto, que desarrolló sentido y parecía no ver por el ojo izquierdo. El morlaco le regateaba las embestidas y tiraba tornillazos. El que cerró plaza fue un bicho acobardado y huidizo y el aritista de Chivas mostró oficio y responsabilidad. Con mucho tesón y firmeza logró robarle algunos muletazos de buena factura a pesar del fuerte viento.

Esta corrida pasará a la historia de este coso pues es la cuarta ocasión en la que actúan dos espadas españoles y dos mexicanos.

Orejas a El Tato

El Tato cortó dos orejas en la corrida celebrada el miércoles en la plaza mexicana de San Luis Potosí, informa Efe. Se lidiaron toros de Vistahermosa. Manolo Mejía, ovacionado. Rafael Ortega, oreja y aplausos. El Tato, ovación y dos orejas, una protestada.

Puerto Vallarta (México). Novillos de Galindo. Niño de San Juan, oreja. El español Alfredo Gómez, oreja. Ricardo González, vuelta. Jacobo Hernández, vuelta.

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