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La Ciudad del Ocio se levantará sobre una zona arqueológica muy protegida

Vicente G. Olaya

El gran parque temático de San Martín de la Vega (5.960 habitantes) proyectado por la Comunidad de Madrid ha tropezado con la primera piedra en su camino. Las 544 hectáreas que el Gobierno regional compró en el pasado mes de septiembre para ubicar en ellas la futura Ciudad del Ocio madrileña -a semejanza de Port Aventura (Tarragona) o Eurodisney (París)- están declaradas bien de interés cultural desde 1990. Tal es la máxima protección que concede la Ley de Patrimonio de 1985.La propia Dirección General de Patrimonio, a tenor de esa declaración, considera dichos terrenos de alto valor arqueológico. Una villa romana y yacimientos paleolíticos o de la edad del hierro y del bronce figuran en el mapa arqueológico de San Martín de la Vega redactado en 1995, aunque sólo como un indicio.

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Esta protección no impedirá que el parque temático se lleve a cabo, pero le impondrá importantes cortapisas, no previstas inicialmente. Algunos yacimientos son intocables, por lo que no podrán ser cambiados de ubicación. Sólo hay dos opciones: cubrirlos para posteriores investigaciones o exponerlos al aire libre entre las atracciones mecánicas del futuro parque. El caso de la villa romana es similar.

Según explicaron la pasada semana a EL PAÍS los técnicos de Patrimonio, la Comunidad incoó en 1990 el expediente de declaración de bien de interés cultural en algunos municipios próximos a Madrid donde, previsiblemente, se iba a producir un rápido crecimiento urbanístico, lo que destruiría los yacimientos. A San Martín, a 25 kilómetros de Madrid, la calificación le pilló de pleno.

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Villas romanas

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No obstante, Vallejo reconoce que junto al río Jarama se han encontrado varios yacimientos arqueológicos en los últimos anos que "no servían para nada". "Unos tramos de muralla árabe sin valor, fondos de cabaña, que fueron destruidos por su escasa importancia según los arqueólogos", relata. Y pone el siguiente ejemplo: "En San Martín hay una yesera desde 1975. En 1990, cuando incoaron el expediente de protección, la obligaron a realizar trabajos arqueológicos. Los hizo y nunca ha encontrado nada de valor".El regidor anunció que su Ayuntamiento va a pedir que se archive el expediente que declara la zona bien de interés cultural. "El expediente se incoó en 1990, pero no tengo constancia de que haya sido cerrado. Esto es una burla para nosotros. Es una inseguridad jurídica que un municipio espere durante siete años que se cierre el expediente. La ley deja un margen de uno o dos anos, no de siete. No pueden tenemos en estas condiciones".

Por contra, el consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, manifestó estar "encantado ante la posibilidad de que se encuentren restos arqueológicos en la zona". "Para nosotros sería una gran alegría encontrar una villa romana en el subsuelo o cualquier cosa de valor. La integraríamos sin duda en el complejo porque realzaría el parque. ¡Qué mayor atracción que algo auténtico en un parque temático! Estoy encantado, de veras", argumentó.

Cortés considera, no obstante, que los posibles yacimientos no afectarán a la futura Ciudad del Ocio: "La mayoría son de superficie. No vamos a construir túneles o aparcamientos subterráneos. Nosotros haremos obras de poco movimiento de tierra. Será difícil que topemos con algo".

Luis Eduardo Cortés hizo ayer hincapié en que existe "una perfecta comunicación" entre su consejería y la de Cultura. "No existe ningún problema y el entendimiento es completo. De hecho, nosotros mismos encargaremos excavaciones arqueológicas para ayudar en las operaciones", señaló.

Sin embargo, el consejero reconoció que tuvo noticia de la existencia de estos posibles restos históricos fue el pasado septiembre. "Cuando Patrimonio entregó su mapa con las zonas arqueológicas. Hasta entonces no tenía ni idea".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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