Los testigos del juicio de los GAL en Francia 'pierden la memoria'
ENVIADA ESPECIAL, El juicio contra Georges Mendaille, presunto miembro de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), que se celebra en Pau (Francia), se transformó ayer en una obra de teatro en la que la mayoría de los testigos perdieron la memoria. La sentencia que se dicte hoy cerrará prácticamente las investigaciones que sobre los GAL existen en Francia.Los mercenarios Lambert, Domange, Morganti y Roussey, que hace seis años, en la misma sala, señalaron a Mendaille como su jefe, han sufrido en la cárcel una amnesia parcial. Ayer dijeron que sólo les pidió que recabasen información sobre refugiados vascos en Francia, no que los contratase para atentar contra ellos. Los GAL mataron a 28 personas.
Mendaille, procesado por complicidad en el asesinato del supuesto etarra José María Otegi, en 1985, y en los atentados frustrados de ese mismo año contra Fernando Egileor y Joseph Arraztoa, está acusado de complicidad y tentativa de asesinato y asociación de malhechores.
El grupo, según el mercenario Morganti, era una chapuza a pesar de que ellos se creían "agentes 007. Añadió, ante la sorpresa del presidente del tribunal, Dominique Riboulleau: "Si los terroristas de ETA hubiesen sido como nosotros no habría habido muertos, porque todo lo que hacíamos era una chapuza". Los dos atentados que llevaron a cabo resultaron fallidos.
Tres de esos cuatro mercenarios, sobre los que recayeron penas de entre 14 y 16 años por asociación de malhechores y tentativa de asesinato, están ya en libertad. Todos dijeron en 1990 que Mendaille era su jefe, pero ayer manifestaron que mintieron.
La actuación más sorprendente fue la de Odette Roussey, hermana de uno de los mercenarios, que se presentó en 1990 como una heroína que reclamaba a gritos la presencia en el tribunal de Pau de Georges Mendaille como responsable del grupo de marselleses. En esa ocasión, definió a Mendaille como un hombre "peligroso y capaz de todo".
Ayer, no mantuvo ninguna de sus afirmaciones y su testimonio estuvo plagado de contradicciones. Incluso hubo lágrimas, cuando Odette dirigió su mirada a Mendaille.
Los cuatro mercenarios y Odette Roussey dijeron que reciben constantes amenazas de muerte, tanto en francés como en castellano.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.