"Cada generación ha de enfrentarse a alguna tragedia", afirma el coreógrafo Bill T. Jones
El bailarín presenta en Sevilla sus creaciones sobre el sida y el deseo de vivir
El bailarín y coreógrafo Bill T. Jones está convencido de que la época que le ha tocado vivir carece de filosofía e intenta buscar la suya. Sus creaciones están llenas de preguntas, de reflexiones, de sentimientos de amor y pérdida. Jones, uno de los puntales de la danza contemporánea norteamericana, comienza mañana en Sevilla una gira europea con su compañía: diez bailarines con los que pretende crear "un lenguaje unitario". El bailarín, que no viaja a España desde 1991, interviene en tres de las cinco piezas que presentará en el teatro Central de Sevilla. Varias de sus coreografías abordan, bajo el signo trágico del sida, el sentimiento de que "cada generación ha de enfrentarse a alguna tragedia".
"Mis coreografías no están diseñadas para hincharme el ego, sino para retar mis conocimientos sobre el mundo", aseguró ayer en Sevilla Bill T. Jones, un hombre afable que sabe potenciar sus atractivos. "En el mundo en el que vivo no hay filosofía, yo intento buscar una", afirma. "Mi trabajo comienza como una conversación con los bailarines, en la que después espero que intervenga el público. Es la única forma de saber que está vivo", añade. El bailarín, que en 1982 creó la Bill T. Jones-Arnie Zane Dance Company, ofrecerá tres representaciones en el teatro Central de Sevilla: mañana, el viernes y el sábado, sus únicas actuaciones en España. El programa es distinto de los que podrán verse en Francia, Portugal y Reino Unido. "Hemos pasado tres meses hablando sobre el programa, porque, además de los últimos trabajos que la compañía presentó en el Festival de Aviñón -Sur la place y Ursonate-, queríamos que el público pudiese ver obras emblemáticas como D-man in the waters", explicó Manuel Llanes, coordinador del Central."D-man es una pieza muy importante para la compañía. Nació en un momento de duelo, cuando vi morir a muchos de mis amigos, por eso incluye las palabras de Jenny HoIzer: 'En un sueño descubriste la manera de sobrevivir y, te llenaste de gozo'. Habla del deseo de vivir y de la danza como símbolo de vida", asegura Jones, quien perdió a su compañero Arnie Zane en 1988, un año antes de coreografiar esta obra. Sin embargo, el bailarín estadounidense se niega a crear sólo para un sector determinado como los afectados por el sida. "No se puede hacer arte para la gente que está sufriendo, mi trabajo es para todos. Cada generación tiene que enfrentarse al reto de alguna tragedia, pero yo me niego a proporcionar al sida un sitio especial en la gran tragedia humana", afirma Jones, que apareció en Sevilla con su amuleto africano, un colgante que sólo se quita para bailar y del que espera obtener fuerza.
Bill T. Jones, a quien en los últimos años se lo rifan compañías de ópera y ballet de todo el mundo y que es también coreógrafo residente del Ballet de la Opera de Lyón, considera muy enriquecedor trabajar con bailarines de distinta formación. "Cuando comenzó el furor por la vanguardia en la danza, el ballet clásico era el enemigo. Ahora esa actitud es demasiado ingenua. La técnica del baile es tan grande como la imaginación del coreógrafo", dice. De todas formas, algo debe quedar de las antiguas rencillas cuandoJones comentó, -refiriéndose a su trabajo con el Ballet de la Ópera de Lyón: "Hay todavía mucho egocentrismo en el mundo del clásico. Creen que si bailas clásico puedes hacer cualquier cosa, y eso no es cierto".
Sentimientos
En Sur la place, uno de sus últimos trabajos, que él interpreta junto a dos bailarines, todo gira alrededor de los sentimientos. "Es un diálogo de un artista de finales del siglo XX con otro de mediados, el cantautor belga Jacques Brel. Sus canciones son muy románticas, pero yo tengo sentimientos distintos a él en las relaciones hombre-mujer e ignoro el aspecto sexual de sus letras", comenta. Ursonate parte de un texto del poeta. dadaista Kurt Schwitters en el que la vida y el arte se tratan como un juego sarcástico que persigue un fin serio.El programa incluye además After black room, una reposición de otra pieza, creada por Arnei Zane en 1983. "Explora la relación entre dos personas; para Arnie era importante que los bailarines fueran dos hombres negros. Ahora la he montado para toda la compañía, porque es interesante que los bailarines pasen por esa experiencia", explica Jones.
Soon, que sólo podrá verse el viernes 31, es la obra con más implicaciones personales. "Es sobre mi relación con Arnie. Lo hice para apartarlo un poco de mi vida y poder contemplar esa relación más objetivamente", afirma. Soon, pensada para que la interpretaran Jones y una chica, con música romántica de los años veinte, la harán en Sevilla dos bailarinas. "No importa el sexo de los que la interpretan, se trata de la verdad de una relación", concluye.
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