Círculo de músicas

En el Círculo de Bellas Artes de Madrid, segunda planta, hay un pequeño teatro recoleto y acogedor. Cada cierto tiempo cobija algún concierto inesperado. Hace un mes pisó su escenario un azerí de voz escalofriante llamado Alem Quasimov; el jueves lo hizo la uzbeka Monáját YuItchieva.Monáját -que significa encantamiento- interpretó con voz grave y homogénea canciones de los siglos XIII al XV. Su reino musical es el makám, que era patrimonio de los hombres y se escuchaba en las cortes de las ciudades de laruta de la seda. Ella no ha dejado de innovar, y se sirve de un pequeño plato que acerca o aleja de su boca para lograr resonancias. Cada cierto tiempo, en la sala Rojas del Círculo, y sin micrófonos, se produce un pequeño acontecimiento: el ciclo Músicas del mundo presenta grandes artistas de otras latitudes que muestran su arte, que es también el de sus pueblos de origen.