La 'vía china' para Macao
Pekín negocia con Lisboa las condiciones para recobrar la colonia portuguesa en 1999
La península portuguesa de Macao, el primer establecimiento europeo en China (1557), será, el 20 de diciembre de 1999, el último de los feudos occidentales que las autoridades de Pekín recuperarán. El viceprimer ministro chino y titular de Exteriores, Qian Qichen, afirmó este lunes en Lisboa que Macao, territorio chino bajo administración portuguesa, se beneficiará "positivamente" del proceso "sin sobresaltos" que preside la incorporación de Hong Kong al régimen comunista de Pekín.El control de los casinos de juego de Macao, su principal fuente de ingresos, y el respeto por los derechos adquiridos de los macaenses constituyen las más serías discrepancias entre las diplomacias de ambos países. El futuro régimen de la Región Administrativa Especial de Macao, una minúscula península y dos pequeñas islas de 430.000 habitantes y 21 kilómetros cuadrados, conservará "una elevada autonomía" legislativa, ejecutiva y judicial después de 1999, según acordaron las autoridades de Pekín y Lisboa, pero la definición concreta de esa declaración de intenciones aún está lejos de materializarse.
Esos acuerdos prevén la ausencia de impuestos chinos para los habitantes de Macao y el mantenimiento de la moneda actual (la pataca), pero no definen con claridad el futuro control de los casinos, actualmente concedidos porcontrato hasta el año 2001 al emresario Stanley Ho, quien debe entregar el 30% de sus beneficios a la administración de la colonia portuguesa.
Precisamente los jefes de las barriadas, sectas secretas chinas, ya han iniciado su lucha por el control de los beneficios el juego. A finas de 1996 intentaron asesinar al teniente coronel Manuel Antonio Apolinário, subinspector de la Dirección de Inspección del Juego y profundo conocedor de las actividades de estas organizaciones criminales desde su paso por el servicio de informaciones de la PSP portuguesa (Policía de Seguridad Pública).
"El problema", a juicio de uno de los asesores del gobernador portugués, Vasco Rocha Vieira "es que el pastel no da para todos y por eso existe una lucha desenfrenada de las sectas de Macao por expulsar a los intrusos". El atentado contra el teniente coronel Apolinário, que salvó su vida milagrosamente, constituye "una clara prueba de que se está removiendo un terreno en el que se amenaza los intereses de estos grupos", añadió.
Qian Qichen reconoció en Lisboa que el proceso de devolución se encuentra "algo atrasado" actualmente y ha pedido la "intensificación" de los trabajos. A su juicio, la lentitud del proceso se debe a la falta de cuadros para la futura administración de Macao, la traducción de las leyes que regirán el futuro de la región y las negociaciones sobre el estatuto oficial de la lengua china.
El ministro de Exteriores portugués, Jaime Gama, explicó que el futuro régimen de Macao prohibirá la pena de muerte y la prisión perpetua, así como la extradición a China de todos aquellos ciuadanos que pudieran ser reclamados de Pekín por este tipo de condenas. Los responsables portugueses de Amnistía Internacional están preocupados por el futuro respeto de los derechos humanos en la región y han solicitado al Gobierno de Lisboa que "desarrolle todos los esfuerzos necesarios para que sean garantizados los derechos de todos los ciudadanos que están actualmente administrados por Lisboa", una vez que el terrítorio pase a manos de China.
Asimismo, Portugal pretende que los macaenses con pasaporte portugués (cerca de 100.000) conserven todos sus derechos como ciudadanos de la Unión Europea, lo que ha provocado ciertos recelos en el Ejecutivo de Bruselas, que se niega a que Portugal abra la puerta de Europa a millares de personas.
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