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Vija Celmins expone "cuadros impasibles"

El Reina Sofía se une a otros museos europeos para presentar la primera antológica

El Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, se ha unido a otros museos británicos y alemanes para presentar en Europa la obra de la artista Vija Celmins (Riga, Letonia, 1938), que ha desarrollado toda su producción artística en Estados Unidos. La primera antológica reúne 78 obras, entre pinturas, dibujos y esculturas, realizadas entre 1964 y 1996. El montaje pasa por objetos cotidianos, aviones de guerra, superficies de desierto y océano, campos de estrellas y cielo nocturno. "Son concentraciones de la imagen, cuadros impasibles" declaró ayer la artista.

El Institute of Contemporary Arts (ICA), de Londres, inició en noviembre la gira europea de la primera retrospectiva de Vija Celmins. Hoy se presentará en Madrid, donde permanecerá hasta el 24 de marzo, para seguir por los museos de Winterthur y Francfort. El director del Reina Sofía, José Guirao, destacó ayer, en la presentación de la muestra, la colaboración entre instituciones museísticas para presentar a una artista de origen europeo pero desconocida.El comisario de la exposición, el británico James Lingwood -también lo fue de la de Juan Muñoz, recientemente clausurada en el palacio de Velázquez, del Retiro madrileño-, señaló como un fallo de la historia y los historiadores del arte el hecho de que ningún museo europeo tenga en sus colecciones una pieza de Vija Celmins. Para Lingwood, la importancia de la obra de Celmins reside en sus "imágenes quietas" en un universo de movimiento continuo, la escala -"lo más importante en el arte"- y el tiempo inconcreto en que se mueven los cuadros, que demuestra que "la historia es vulnerable".

La obra de Vija Celmins se conoce en galerías y museos de Estados Unidos, donde ha sido elogiada por artistas como Jaspers Johris, Brice Marden o Chuck Close. La artista desconocía ayer los motivos del desconocimiento de su trabajo en Europa. "He trabajado muy despacio y con frecuencia sin representante. Quizá también porque he vivido en Los Ángeles, de una forma muy tranquila".

Antes de instalarse con su familia en Estados Unidos, Celmins vivió unos años en Alemania. Desde 1980 reside en Nueva York, tras recibir becas de las universidades de Yale y California. En el montaje de sus 33 años de trabajo artístico aparecen las distintas etapas, que comienzan con una serie de objetos personales, a partir de 1964, y otra sobre aviones de guerra. En otra sala se cuelgan dibujos a lápiz sobre fondo acrílico en papel, basados en fotografías. A continuación aparecen sus temas más frecuentes de las superficies del desierto, del océano y el cielo nocturno. "Mi trabajo no es de ninguna manera simbólico, trata sobre el hacer y sobre cómo una imagen puede ser plana e ilusoria y estos dos aspectos se aúnan; ahí reside el arte".

Vija Celmins comentó ayer ante sus cuadros que hay una ruptura entre sus primeras pinturas y las superficies del desierto o del océano, incluso de una telaraña. "Concentro la imagen hasta que queda la esencia. En este sentido, no hay composición ni gestos,son capas de creación en una obra muy concentrada y con una gran fuerza emocional. No es una obra de gestos, sino de una gran quietud".

"No hay horizonte, ni perspectiva, ni punto de fuga", dice James Lindwood en el catálogo, junto a otros textos de Neville Wakefield, Stuart Morgan y Richard Rhodes.

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