Las asistencias por neumonía en urgencias se han triplicado este invierno
Los cambios bruscos de temperatura, el hacinamiento en ambientes cerrados y el frío, son las principales razones por las cuales los casos de neumonía se dupliquen todos los inviernos. ¿Cómo prevenirse? No abusando de la calefacción, ventilando a diario la casa, bebiendo líquidos en abundancia, evitando salir sin abrigarse adecuadamente, visitando al médico pronto, dejando de fumar y, en algunos casos, vacunándose."A lo largo del año, la cuarta parte de los enfermos que ingresan en el hospital a través del servicio de urgencias lo hacen por una infección respiratoria, y de ellos la mitad tienen neumonía; pero estas cifras se duplican siempre entre los meses de diciembre a marzo", afirma Salvador Juárez, coordinador del servicio de urgencias del hospital La Paz de Madrid. Francisco Javier Aspa Marco, jefe del servicio de Neumología del madrileño hospital La Princesa, asegura que este año ha sido especialmente virulento, triplicando los casos: "La ola de frío se ha notado mucho, colapsando los hospitales de toda España, porque ha coincidido con un alto pico de infecciones virales (gripe) y las dos cosas juntas provocan complicaciones infecciosas en enfermos con patologías de base, debilitándoles mucho y forzando su ingreso".
La neumonía "o pulmonía" que aparece en cuatro de cada mil habitantes por año, es una enfermedad infecciosa que afecta a los pulmones, provocando fiebre, tos, dolor en el costado -que aumenta con los movimientos respiratorios-, sensación de ahogo, postración, cansancio, malestar general-. Son síntomas muy populares que, lejos de favorecer el mejor conocimiento de la enfermedad, origina con frecuencia diagnósticos erróneos o precipitados. José María Pino, neumólogo de La Paz, explica que "el diagnóstico de neumonía, aparte de los síntomas, sólo puede establecerse con una radiografía de tórax que confirme o descarte un aumento de la densidad del tejido pulmonar".
Lo que sí hacen las infecciones por virus, como la gripe, es debilitar las defensas del organismo, favoreciendo así la posterior aparición de infecciones por bacterias, como la neumonía. Por esa razón se recomienda la vacuna contra la gripe a los enfermos crónicos y a los, mayores de 65 años.
El tratamiento general para la neumonía es a base de antibióticos, sobre todo penicilina o macrólidos, que suministrados durante siete u ocho días, y en función de la edad y la salud de cada paciente, normalmente hacen desaparecer el brote, sin dejar dañado el pulmón, aunque hace falta un estudio radiológico para confirmarlo. Pino asegura que no es posible que la neumonía se haga crónica: "Las infecciones bacterianas agudas o se curan o evolucionan por otros derroteros, pero no se puede vivir con ellas continuamente".
Las complicaciones surgen cuando la infección pasa a la sangre (bacteriemia) y a través de ella a otros órganos (pleura, pericardio, meninges, riñones, hígado y cualquier parte del cuerpo). La neumonía sigue matando al 12% de los que ingresan en el hospital por ella, sin variaciones desde el descubrimiento de la penicilina.
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