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MATANZA EN RUANDA

"Mi hermano quería acabar con la injusticia, devolver una deuda al mundo"

Las familias de los tres cooperantes asesinados en Ruanda recibieron ayer como un mazazo las llamadas de la prensa que se interesaba por las razones que llevaron a tres jóvenes profesionales a interrumpir su trabajo en España para intentar paliar con su esfuerzo la tragedia de la región de los Grandes Lagos. Los tres habían participado en otras misiones de ayuda humanitria. En medio del dolor, sus familiares y amigos les recordaban como personas que habían convertido la solidaridad en el eje de sus vidas.Manuel Madrazo Osuna, médico del área de salud. del Ayuntamiento de Sevilla, llegó a Ruanda a finales del pasado mes de noviembre para colaborar en la creación una red de ambulatorios. Era su tercera estancia en África como cooperante. Tenía 42 años, estaba separado y era padre de dos niñas, de 12 y 15 años, a las que vio por última vez durante las pasadas navidades.

Madrazo había hablado con sus familiares por teléfono el martes. Les dijo que se encontraba bien. Ayer, su hermano José Manuel describía así la desolación de la familia: "Mi madre se abrazaba a la foto [de Manuel] como si fuera su hijo en persona". Aventurero e idealista, Manuel trabajaba en Ruanda porque "quería devolver una deuda al mundo y solucionar una situación de injusticia".

Sus compañeros en el Ayuntamiento sevillano aún recuerdan su última visita a la capital andaluza. "Se tomó unas cañas con nosotros, como siempre que venía". Arturo Medina, jefe de servicio del área de salud, lo rememoraba ayer: "Él mismo decía que estaba bien en Ruanda. Sabía que era una zona conflictiva, pero no se imaginaba que pudiera haber peligro". La alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, ha pedido a los funcionarios municipales que guarden hoy dos minutos de silencio en memoria de Madrazo.

"Ayudar a los demás"

La enfermera Maria Flors Sirera Fortuny también se encontraba en Ruanda desde noviembre con Médicos del Mundo. Había nacido en Tremp (Lleida) hace 33 años, aunque pasó casi toda su infancia y Juventud en Manresa (Barcelona). Después de trabajar en diversos centros sanitarios de Manresa y Barcelona, se trasladó hace seis años a Las Palmas, donde trabajaba en el centro de salud del barrio de Escaleritas. En 1994 ya había participado en una misión de Médicos del Mundo en Ruanda.Su padre se lamentaba de que los países occidentales no hayan querido intervenir en el conflicto de Ruanda. Imma Sirera, hermana de la fallecida, destacaba que "Flors quería, sobre todo, ayudar a los demás". El pasado jueves había hablado por teléfono con sus amigas de Canarias.

Fotógrafo antes que nada, el madrileño Luis Valtueña Gallego, de 30 años, nunca se olvidaba de la cámara. Ni en Líbano, ni en Chipre, ni en Ruanda, donde le sorprendió la muerte mientras simultaneaba su trabajo informativo con la misión de logista de Médicos del Mundo. Sus compañeros en la agencia de información gráfica Cover, donde trabajaba desde hace tres años, aseguraban ayer que sus familiares se derrumbaron al recibir la trágica noticia, tras el reciente fallecimiento del padre del fotógrafo y la grave enfermedad que aqueja a su madre.

Había trabajado antes en el gabinete de prensa de Antena 3 TV como responsable de fotografía, pero su pasión por los viajes le condujo hacia la información internacional. "Vegetariano a ultranza, alegre, optimista, muy generoso". Así le recordaba ayer una portavoz de Cover, mientras confirmaba que Luis Valtueña publicó sus últimas fotos en este diario, el pasado 15 de diciembre.

Con información de Carmen Morán desde Sevilla y Enric Badia desde Manresa.

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