Un historial empapado de sangre

"Es un hombre que ha hecho muchísimo mal", dijo ayer el viceministro de Seguridad, Ricardo Martí Fluxà, a proposito de José Luis Urrusolo. "Tiene una trayectoria sanguinaria y debe dar cuenta de muchas barbaridades y atrocidades", remachó el consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa. Su historial policial coincide con la apreciaciones de ambos políticos.El Ministerio del Interior atribuye al dirigente etarra su implicación en 16 asesinatos y en los secuestros del financiero Diego Prado Colón de Carvajal y del industrial Emiliano Revilla.

Urrusolo, al que Interior considera "uno de los etarras más sanguinarios" de todos los tiempos, ha participado, presuntamente, en una treintena de atentados. En la década de los 80, cuando fue miembro del comando Madrid, era conocido como el "hombre de las mil caras" por su facilidad para cambiar de fisonomía.

Tras ingresar en ETA en 1977, su primera gran acción fue la voladura de edificio de Telefónica de la calle de Ríos Rosas de Madrid, en 1982, en unión de Ignacio Aracama, Belén González Peñalva, José Ángel Urtiaga, Javier Pérez y Juan Manuel Soares Gamboa.

En 1983 regresó a Madrid y participó en en el secuestro del financiero Diego Prado y Colón de Carvajal y dos años después en el asesinato de Ricardo Tejero Magro, director general del Banco Central. En 1988, el ya histórico pistolero secuestró a Revilla. En 1991 formó parte del comando Ekaitz o comando itinerante, con el que asesinó a tiros en Valencia al subdelegado de Ferrovial Edimundo Casal Pérez-Serrano.

Interior le atribuye también el envío de un paquete bomba, el 12 de junio de 1991, que explotó cerca de la empresa de paquetería madrileña Servitrans y que mató a dos artificieros de la policía.

La policía cree que en septiembre de 1991 confeccionó y colocó un coche bomba frente al cuartel de la Guardia Civil de Muchamiel (Alicante), que mató a dos policías locales y al conductor de la grúa que lo trasladaba al depósito municipal.

En diciembre de 1991, asesinó a tiros a dos policías nacionales en Barcelona, después de que su imagen y la de otro etarra quedara grabada fortuitamente por las cámaras de video de una entidad bancaria próxima.

El 8 de enero de 1992, también en Barcelona, mató a tiros al comandante Arturo Angueras y el día 15 de ese mismo mes se le relacionó con la muerte del miembro del Consejo de Estado Manuel Broseta en Valencia.

Al día siguiente participó en Barcelona en un atentado que costó la vida a dos suboficiales del, Ejército. En marzo de 1992, junto a Idoia Martínez, colocó un coche-bomba que causó la muerte al cabo de la Guardia Civil Enrique Martínez Hernández. Otro coche bomba instalado en un puente de Sant Quirze del Vallés costó la vida al ciudadano Antonio José Martos.

Urrusolo, cuyo nombre figura en docenas de atestados, se hizo cargo del aparato de cursillos en 1994.