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Hacienda investigará si el derroche del COM 92 daño a la Comunidad

José Manuel Romero

El descontrol en la gestión del Madrid 92 provocó unos gastos indebidos próximos a los 400 millones de pesetas, según el informe del Tribunal de Cuentas. La Consejería de Hacienda de la Comunidad de Madrid investigará si el despilfarro destapado por el tribunal ocasionó algún daño económico a las arcas regionales. La Comunidad financió con más de 500 millones los actos de la capitalidad europea de la cultura.

El consejero de Hacienda, Antonio Beteta, no quiso opinar ayer sobre las conclusiones del Tribunal de Cuentas, pese a que el grupo parlamentario del que forma parte tiene ese documento desde hace varios días. "Me estoy enterando en estos momentos por lo que está publicando EL PAÍS". ¿Y qué le parece?, le preguntó este periódico. "Yo nunca me pronunció sobre informaciones periodísticas. No puedo improvisar en un tema de tanto interés y de una importancia general".Después, Beteta despreció el pasado: "Tengo muchas cosas importantes que hacer para el futuro; cuanto menos tenga que ocuparme del pasado, mucho mejor". Lo dijo Beteta el mismo día en que concluía una investigación que decidió abrir por su cuenta y en la que ha empleado una semana y ha movilizado a cuatro departamentos regionales distintos para buscar cuatro contratos por 15 millones de pesetas adjudicados hace cinco años.

Después, el consejero de Hacienda recapacitó: "Habrá que estudiar el informe del Tribunal de Cuentas, ya que la Comunidad de Madrid aportó fondos económicos para la capitalidad cultural. No dude de que, en cuanto llegue a la Consejeria de Hacienda el documento, solicitaré a la intervención general que me informe sobre si hubo daño a la arcas autonómicas".

El Tribunal de Cuentas acredita en su informe que el Consorcio Organizador Madrid 92 (COM 92), presidido por el alcalde José María Álvarez del Manzano, pagó decenas de millones por conciertos que nunca se hicieron, orquestas que nunca tocaron, estudios que nunca se escribieron y billetes de avión a nombre de personas que nunca llegaron. Además, la auditoría descubrió sobresueldos ilegales, descontrol en la gestión de ingresos y deudas no pagadas que acabaron en los tribunales.

Más deudas

Por otra parte, Ricardo Cristóbal, director artístico y productor de los recitales de flamenco organizados con motivo del Madrid 92 en el Centro Cultural de la Villa y en otros locales de la Comunidad de Madrid, tuvo qué abandonar este proyecto en mayo de 1992, pues los responsables del área musical del COM 92 se negaron a abonarle los pagos estipulados, según denunció ayer a este periódico. Cristóbal comenzó a trabajar en la preparación de estos recitales, bajo la denominación Tribuna del flamenco, en 1991. "Desde entonces monté toda la infraestructura de los recitales, contraté a los artistas, busqué a los colaboradores para preparar los textos, además de las escenografías y documentación. Me pagaron los dos primeros recibos emitidos, por un millón de pesetas aproximadamente, pero después, al reclamarles el importe de la dirección artística, me comunicaron que ya no me pagarían más", explica el perjudicado.A partir de ese momento, Cristóbal escribió cartas a los máximos responsables del Ayuntamiento de Madrid, de la Comunidad y del Ministerio de Cultura, además de al director general del COM 92, Pablo López de Osaba, pidiendo una solución a su problema. No obtuvo respuesta de ninguna institución.

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"Entonces decidí poner un acto de conciliación en el juzgado, pero los responsables del COM 92 no se presentaron, por lo que puse el tema en manos de un abogado que ha formulado reclamaciones previas a los diferentes organismos sin conseguir respuesta", explica.

Cristóbal recuerda que la organización de las actividades del Madrid 92 estaba "pervertida". "Estos recitales salieron porque yo me preocupé; a los dirigentes del Consorcio sólo les interesaba la cuestión económica, el dinero que podrían recaudar en beneficio propio de los distintos actos".

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