EE UU: no ha sido un año tan malo
( ... ) No estaría de más al menos recordar, ahora que ha llegado a su poco llorado fin el vilipendiado año de 1996, que lo que tan intensamente hemos lamentado eran problemas y contratiempos que se han producido en un marco democrático seguro y estable.Lo mismo puede decirse de los análisis económicos apocalípticos que han marcado el año y desfigurado a veces el diálogo político. Sobre todo a comienzos de año podía escucharse que el sistema estaba en quiebra, que los desposeídos ( ... ) eran el único elemento clave pata saber cómo iban a salir las cosas. También aquí es necesaria la perspectiva. Es cierto que existen numerosas injusticias en la retribución de la mano de obra, y también lo es que existen algunos ámbitos geográficos e industriales donde abundan las estrecheces. Pero con la política ocurre lo mismo que con la economía: lo que es preciso arreglar hay que arreglarlo en el marco de un sistema floreciente y que propicia la abundancia ( ... ). Somos, en suma, un pueblo claramente privilegiado, y aunque 1996 pueda haber sido para algunos (y en opinión de muchos otros) un año muy malo, sólo ha sido malo dentro de ese marco de certidumbre democrática y vitalidad económica que nos envidian tantos otros pueblos del mundo. Juzgadas por los estándares de Bosnia o Ruanda, (...) las tribulaciones de 1996, como pueden considerarlas los estadounidenses, serían incomprensibles.
2 de enero
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