El perdón es la única salida a la violencia, dice Juan Pablo II
El Papa Juan Pablo II dijo ayer, fecha en la que la Iglesia celebra la XXX Jornada Mundial de la Paz, que es difícil perdonar y que tal vez parece imposible, pero que el perdón es la única vía para que la venganza y la violencia no llamen a otras venganzas y a otras violencias. A nivel político, el Papa señaló entre los mecanismos de reconciliación el freno al mercado de las armas y la aplicación de amnistías para los que reconocen sus errores cometidos durante periodos conflictivos. Deseó igualmente que la ONU disponga de los medios "necesarios y convenientemente adaptados de forma que le permita enfrentarse a los desafíos de nuestro tiempo". Invitó asimismo a todos los pueblos a no quedar prisioneros del pasado.Juan Pablo 11 celebró en la basílica de San Pedro del Vaticano la solemne misa del primer día del año, que estuvo marcada por la conmemoración de la Jornada Mundial de la Paz, establecida por Pablo VI en 1968 y que en esta ocasión tuvo como lema "Ofrece el perdón, recibe la paz".
El Pontífice afirmó durante la homilía que la paz y el perdón forman un binomio inseparable y que así es en las relaciones entre las personas, entre los pueblos y entre los estados. "Cualquier persona de buena voluntad, deseosa de trabajar en la edificación de la civilización del amor tiene que hacer propia esta máxima: "ofrece el perdón, recibe la paz".
"Sé bien que en muchas ocasiones es difícil perdonar y tal vez parece hasta imposible. Pero es el único camino, ya que cualquier venganza y violencia llama a más venganza y violencia. Es menos difícil perdonar cuando se es consciente de que Dios no se cansa de amarnos y perdonarnos", manifestó después el Papa durante el Ángelus.
El Obispo de Roma se preguntó que "quién de nosotros no necesita el perdón de Dios" y pidió a la Virgen que anime a los hombres a comenzar este nuevo año `con un gesto de amor y, si es necesario, de reconciliación". El Pontíficie dirigió un mensaje particular a los políticos a los que invitó a no trabajar sólo en beneficio propio, evitando las tentaciones de la corrupción.
Hacia el tercer milenio
En la homilía, el Papa imploró la paz para todas las naciones y familias, "ya que sólo en la paz se puede desarrollar de manera verdadera la gran comunidad de los hombres". Aprovechando que dentro de tres años se celebrará el Gran Jubileo del Año 2000, Juan Pablo II dijo que durante este siglo el mundo, pero sobre todo Europa, ha padecido "no pocas guerras y sufrimientos" y abogó para que la puerta hacia el tercer milenio se abra para todos los hombres "bajo el signo de la paz".
Durante la misa solemne, las plegarias de los fieles fueron leídas en polaco, árabe, chino, swahili, alemán y portugúes y en las mismas se pidió por la paz entre los cristianos de Occidente y de Oriente, por la capacidad de los gobiernos y de las organizaciones internacionales para que logren la verdad en la justicia y por la tolerancia, la comprensión y el respeto a padres y educadores.
Estas plegarias son los mismos temas que contiene el mensaje papal. En él, habla de las muchas luces que se han encendido a lo largo de la historia, pero también señala "graves sombras", como el desprecio por la vida- humana, la discriminación intencionada por raza, nacionalidad o sexo, la pobreza que arrastra "a enormes masas de personas hasta aniquilarlas" y la guerra.
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