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Los estudiantes dejan huella

Varias generaciones de tunos de la Universidad de Alcalá graban su primer disco

Juan Antonio Pérez, gerente del organismo del Ayuntamiento de Alcalá que se encarga de atraer empresas al municipio, sustituyó el viernes la chaqueta y la corbata de faena por un jubón y unas trusas prestadas. En los últimos 15 años ha engordado unos kilos y su traje de tuno, ya no le entra. Sacó la beca morada [la banda con el nombre de la universidad] del baúl de los recuerdos y se plantó en el teatro-salón Cervantes para presentar el primer disco de la Tuna de la Universidad de Alcalá. Pérez, de mote El Amnistía, fue uno de los estudiantes que fundaron la Tuna en 1976 -cuando la Universidad de Alcala de Henares- se reabrió tras 140 años- para continuar la tradición de aquéllos que en época de Cisneros cantaban y tañían para llenar la tripa.El Amnistía paseó su palmito por el teatro para solaz de los muchos padres que se encontraban entre el público y pudieron ver la demostración viviente de que un tuno es capaz no sólo de terminar la carrera, sino, además, de convertirse en un hombre de provecho. Jesús de Hoyos, de 55 años, era uno de ellos. "Tengo tres hijos: dos tunos, y el pequeño que se dedica a estudiar", dice guasón. Él mismo, a los 20 años, tañía la bandurria en la Rondalla de Cerezo y sus Muchachos. "El teniente coronel Sáenz de Santamaría y el maestro Cebrián nos trajeron una canción sobre Alcalá para ver si la queríamos tocar", rememora. Después tararea el principio: "Sobre la huella de antiguos estudiantes, que en otros tiempos rondaron la ciudad..."

Y de ahí el título del disco de la Tuna, Sobre la huella, y el tema. con el que cada año amenizan la entrega del Premio Cervantes. El compacto incluye otras 13 piezas que van de los clásicos Clavelitos o Fonseca a la venezolana Alma llanera. Medio centenar de tunos -varias generaciones que incluyen a Pablo, un pandereta de cinco años, hijo de uno de ellos- los desgranan sobre el escenario.Llegado el momento, la madrina, Milagros Felipe, estudiante de Farmacia de 25 años, se asoma al palco cual si fuera balcón para que la ronden y lanza a su galán una cinta verde para. su capa. "La tuna está hecha expresamente para rondar a la mujer, por eso no tiene sentido que nosotras formemos parte de ella", comenta en otro palco Carmen Martínez, de 50 años.

El Bandera se escurre tras una voltereta, pero al segundo intento consigue asir el asta en medio de la cabriola sin perder el ritmo. El Pardillo también toma suelo, de rodillas y para prestar juramento: "En el día dé la fecha y si vuestras veteranías lo tienen a bien...".

Los tunos salen del teatro bajo los paraguas a continuar la fiesta con "un curso de hostelería".Sobre la huella. 1.500 pesetas. A la venta en la tienda de la universidad cisneriana (Plaza de San Diego, s/n).

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