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Reportaje:

Cárdenos, berrendos, coloraos...

Jaime de Pablo Romero asegura que jamás ha hecho ninguna cruza con vacas y sementales de otros hierros."Alguien pretendió deducir de la abundancia de cárdenos en' nuestra ganadería", comenta, "que la habíamos echado reses de Santa Coloma. Y no es cierto. El cárdeno era ya un pelaje característico de esta casa en el pasado siglo".

No sólo el cárdeno. Los libros que Pablo Romero conserva en sus archivos contienen interesantes revelaciones. Por ejemplo, eran también habituales en la ganadería el colorao y el berrendo.

Esos libros, escritos en tinta sepia con pulcra caligrafía, dan fe de los detalles de la lidia de cada toro, con su genealogía. Y los comentarios no dejan lugar al triunfalismo. Si el toro no embistió por derecho, se dice lisa y llanamente: "Se apagó", "blandeó", "manseó". Hay resúmenes característicos: "Los toros, bravos; el público, divertido; los toreros, contentos; la empresa, satisfecha". "Lo cual significa", apostilla Pablo Romero, "que la empresa nos compraba otra corrida".

Más información
Una divisa legendaria

Hace décadas, las figuras toreaban pablorromeros. La saga Ordóñez-Rivera toreó más de cien corridas de este hierro; desde el Niño de la Palma -pasando por Ordóñez, Dominguín y Paquirri- hasta Francisco Rivera Ordóñez. Bueno, este último, no: este último no ha toreado ninguna.

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