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Medio Ambiente rechaza el "cenicero" de Valdemingómez por ser permeable

La Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid ha rechazado el proyecto de vertedero de cenizas presentado por el Ayuntamiento para la incineradora de Valdemingómez. La planta lleva un año funcionando sin dicho cenicero, supuesto receptor de 29.000 toneladas de cenizas v escorias al año. Sin embargo, Medio Ambiente considera insuficientes las medidas de impermeabilización que establece el proyecto municipal, elaborado por Dragados, empresa que construirá el vertedero. Sin este depósito de seguridad, la incineradora no podrá funcionar a pleno rendimiento.1 proyecto de vertedero todavía no ha pasado el examen de la Comunidad de Madrid, que tiene que aprobar la declaración de impacto ambiental. Los problemas descubiertos por los técnicos regionales están en fase de subsanación. Dragados aumentará las medidas para impermeabilizar el depósito donde se enterrarán las cenizas tóxicas de la incineradora, según explicó a este periódico el consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Regional, Carlos Mayor Oreja. La Comunidad pretende garantizar que no se produzcan filtraciones al subsuelo, por donde discurre el acuífero que vierte en el río Manzanares. "Dragados tendrá que modificar su proyecto y hemos abierto un nuevo periodo de información pública para alegaciones", dijo Mayor Oreja.

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Demasiada permeabilidad

El depósito está proyectado sobre un acuífero

El principal problema se relaciona con la parcela elegida (situada junto a la planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos de la incineradora): el terreno para almacenar las cenizas y escorias está compuesto "por arcillas más o menos arenosas y yesos intercalados". Su grado de permeabilidad es demasiado alto. Sobre todo porque 14 metros por debajo del depósito proyectado existe un acuífero que descarga en el Manzanares. Por tanto existiría el riesgo de que se contaminaran las aguas.La directiva europea prohíbe construir depósitos de seguridad en este tipo de terrenos, salvo que se tomen medidas preventivas. El estudio municipal resolvía el problema garantizando la construcción del bunker con una barrera de arcilla y una lámina de polietileno para evitar filtraciones. Las cenizas y escorias serían trasladadas en bolsas impermeabilizadas con capas de cal viva, que al contacto con el agua forman una costra; o en pilas de una pasta resultante de mezclar los residuos tóxicos con cemento y agua. En el depósito de seguridad cada día se cubrirían residuos almacenados con capas de arcilla.

Ana Tutor, concejal del grupo socialista del Ayuntamiento de Madrid, denunció ayer que desde que la Comunidad dio permiso para el funcionamiento de la planta, hace un año, el Ayuntamiento ha medido las dioxinas y furanos (sustancias contaminantes) sólo cuatro veces, cuando "hay que medirlos varias veces al mes para determinar un valor máximo y mínimo que pueda dar una información fiable de la evolución de estas sustancias".

Adriano García Loygorri, concejal de Medio Ambiente, respondió a las acusaciones de Tutor. Según él, la planta de Valdemingómez ha cumplido en todo momento el plan de emisiones impuesto por la Comunidad de Madrid, lo que supone "que se han realizado todas las mediciones exigidas, tanto de dioxinas como de furanos como del resto de sustancias contaminantes".

"Debido a la complejidad de los análisis", añadió García Loygorri, "los resultados tardan en estar disponibles. El Ayuntamiento está a la espera de recibir los resultados definitivos de los últimos meses, lo que no significa, como afirma el grupo socialista, que no se hayan realizado las mediciones".

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