Guerra ve igual de absurdos el fanatismo a favor y en contra de Maastricht
Si el proceso de construcción europea no se reorienta ligeramente tendrá detractores en España dentro de los que se declaran sin matices europeístas. Este es el caso del vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra. "La prevalencia de la razón económica sobre la política no es adecuada, y tan absurdo es el fundamentalismo pro Maastricht como el fanatismo anti Maastricht", dijo ayer Guerra, algo no muy alejado de lo expresado por el dirigente socialista francés Michel Rocard, el ex presidente portugués Mario Soares y los dirigentes sindicales españoles Cándido Méndez y Antonio Gutiérrez.Durante dos días, Alfonso Guerra, como presidente de la Fundación Sistema, junto a José Féliz Tezanos, ha protagonizado el XII Encuentro sobre el Futuro del Socialismo que organiza esa fundación. Esta vez el título era Una nueva política social y económica para Europa. Alfonso Guerra pidió "alma" para la construcción de Europa, por lo que estuvo muy de acuerdo en la manifestación celebrada hace poco en Roma en la que miles de personas caminaban detrás de una pancarta que rezaba: "Devolvednos el alma". Ya está bien, dijo el ex vicepresidente del, Gobierno, de que la razón económica prevalezca sobre la política y social.
Para Guerra, es muy importante lo que pase en la Conferencia Intergubernamental que debate la reforma del Tratado de Maastricht. Ahí, opina, hay que introducir aspectos sociales para que no tome cuerpo la tesis que defienden los neoliberales, que sólo aspiran a la "Europa de los mercaderes". El Tratado de la Unión "no puede quedarse sólo en la creación de un mercado interior", dijo.
Algunas de las manifestaciones de Guerra podrían considerarse matizadamente contrapuestas a tesis defendidas por el secretario general del PSOE, Felipe González. Por ejemplo, que hay que quedarse sin más con la aceptación de que la "globalización de la economía" es un hecho incuestionable ante el que sólo cabe la resignación. Felipe González ha repetido en distintas ocasiones que resulta ocioso enredarse en discusiones sobre un dato de la realidad como es la globalización o mundialización de la economía.
Guerra pidió "pasión" para la construcción europea y recordó lo equivocados que estaban los socialdemócratas cuando, a principios de los noventa, escuchaban hablar de la necesidad de reformas en educación, sanidad y, en general, de todos los elementos básicos del Estado de Bienestar.
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