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VIOLACIÓN DE LAS REGLAS DEL MERCADO

Reglas y trampas

Un rápido proceso para investigar el presunto engaño a la Comisión

Juan Fernández-Armesto se instaló en la sede de la CNMV del paseo de la Castellana el 6 de octubre de 1996, cuatro días antes que Sevillana de Electricidad, a mansalva, filtró, presuntamente, la noticia de sería objeto de una OPA inmediata por parte de Endesa. Eso ocurrió, pues, el 10 de octubre, un día antes de la ceremonia prevista para jurar el cargo, esto es, el 11 de octubre. Fernández-Armesto cogió, el 10, y llamó a Feliciano Fuster, presidente de Endesa, quien le aseguró que su compañía no estudiaba ni tenía planes para aumentar su posición en Sevillana.

A todo esto, era evidente que algo debía pasar porque el cambio del marco legal estable del sector eléctrico implicaría nuevas reglas de juego. Y, con este cambio, el valor de Endesa debería ser defendido a capa y espada en el horizonte de su privatización futura.

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El nuevo presidente se quedó tranquilo, juró su cargo y los días siguientes encargó a su gente seguir el tema. La respuesta invariable durante los días siguientes, entre el 10 y el 16 de José Luis Palomo, director financiero de Endesa, y de los accionistas de SEPI en la compañía, fue la misma: sigue siendo válida la respuesta dada de presidente de Endesa a presidente de la CNMV el 10 de octubre.

Esto es, no estudiamos nada, no tenemos plan alguno. Los que a esas alturas no se creían las palabras de Endesa transmitidas por la CNMV eras los agentes econónmicos y el mercado bursátil. El 17, Pedro Ferreras, director financiero de SEPI, llamó a Fernández-Armesto. "Mañana", le informó, "el consejo de ministros aprobará el plan de Endesa, para aumentar su participación en Sevillana y Fecsa". Fernández-Armesto no podía dar crédito a la información. ¿Por qué se lo había negado Fuster? ¿Por qué Palomo lo había negado a lo largo de los días siguientes? ¿Por qué la SEPI también calló lo que sabía hasta el último momento?

Segunda puñalada

Comprendió, haciéndose estas preguntas, que nadie se las daría y que debería llegar a alguna conclusión por sí mismo. El viernes 18, a la salida del consejo de ministros, el ministro de Industria, hizo vox populi la operación y dijo más. Que Endesa vendería a Hidrocantábrico sus participaciones en Viesgo y Nansa. Fernández-Armesto sintió, pues, una segunda puñalada. La CNMV parecía una sucursal del Gobierno.Detrás de su armadura de caballero legal, Fernández-Armesto es un pragmático de tres pares de narices en las cuestiones de fondo. Cuando éste periódico reveló que existía, por ejemplo, un pacto entre Endesa y Fecsa, firmado el 16 de octubre, la CNMV ya estaba con la sangre en el ojo.

El 23 de octubre, después de tragar mucha quina tras una semana de lectura de periódicos, decidió bucear en las profundidades. Era la única manera, se dijo, de saber qué, había ocurrido. Ese día el consejo de la CNMV decidió abrir un expediente, informativo a Endesa por las circunstancias de su OPA sobre Sevillana y Fecsa.

El expediente ha podido determinar, hasta ahora, que presuntamente Feliciano Fuster, la compañía como tal y el director financiero, José Luis Palomo, cometieron engaño consciente. Tenían desde hace tiempo preparados los estudios de sus bancos de negocios, por ejemplo, para hacer la operación finalmente desencadenada a partir del 18 de octubre.

Por tanto, la CNMV decidió resolver la parte ya clarificada del expediente y profundizar el seguimiento sobre posible uso de información privilegiada, que es una tarea que lleva más tiempo en la medida que deben ser interrogadas las sociedades de valores que han operado con volúmenes importantes de acciones de las eléctricas implicadas.

Ni Fuster ni Palomo desconocían que todo esto se podía haber evitado. En 1991, cuando Endesa tomó una participación en Sevillana, la prensa también se anticipó. Endesa, requerida por la CNMV, confirmó el 24 de junio de 1991 que había solicitado a Sevillana el estudio de "una vinculación de ambas compañía para llevar a cabo una operación industrial", subrayando que "hasta el momento Sevillana no ha contestado directamente a Endesa". La operación se llevó a cabo.

Por tanto, ¿por qué una empresa que cotiza en Nueva York, que es la estrella española de los mercados españolas y que ha afinado siempre sus estados financieros, ha podido presuntamente cometer este engaño? Con sólo informar a la CNMV que se estaba estudiando una operación e, incluso, con solicitar que se mantuviera confidencialidad a los datos proporcionados, se hubiera evitado la situación actual, que terminará por afectar la confianza del mercado.

Habrá que entrecruzar varias claves, políticas y personales para entender lo ocurrido. Fuster y Piqué habían llegado a acuerdos, manteniendo discrepancias. Ambos planificaron la toma de la mayoría de Sevillana y el control total de Fecsa por Endesa para compensar a ésta última por los recortes que le supondrá el nuevo protocolo eléctrico y poder encarar en buenas condiciones la próxima Privatización. Pero a la hora de pasar a la acción alguno de los dos ha decidido mentir.

O fue Piqué quien al diseñar su estrategia exigió a Fuster mantener la boca callada aun cuando por imperativo legal, una vez destapada la operación, había que cantar la gallina, o resultó que Fuster, en una noche alegre, decidió pasarse las reglas de juego por el arco de triunfo. Razones políticas y de poder suelen impulsar a hombres como Piqué a ordenar en un momento guardar secreto incluso ante la CNMV. Ni motivos políticos ni personales explican la conducta de Fuster. Después de haber sobrevivido a la llegada del PP, el presidente de Endesa, uno de los pocos funcionarios que quedan de la época de Suances, fundador del INI, se la ha jugado definitivamente. Lo que cuenta no es cesar en tal o cual circunstancia, sino, sobre todo, las causas reales por las que uno lo hace.

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